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Sociedad

Cómo cuidar las siemprevivas, margaritas 'falsas' con textura de papel

Eduardo Barba explica en 'Hoy por Hoy' todo lo que necesitan estas plantas y desarrolla el concepto de "jardín de luna"

🌼 Las siemprevivas, las falsas margaritas con tacto de papel | Meterse en un jardín

La nueva adquisición del jardín de Hoy por Hoy son unas flores muy extrañas, no tanto por su forma como por su textura. Hay personas que las llaman siemprevivas y también inmortal, porque son unas flores con forma de margarita, pero con la textura del papel.

Su nombre científico es Xerochrysum bracteatum. En otros idiomas se la conoce también como flor de paja, por esta peculiaridad de sus pétalos secos. Eso sí, estos pétalos tienen una gama de color increíble, y van desde el blanco pasando por el amarillo, el naranja, el rosa, los rojizos y fucsias...

En realidad, no son pétalos, sino brácteas, como las que tiene la buganvilla (Bougainvillea glabra) o las de la bandera blanca (Spathiphyllum wallisii). De hecho, y haciendo referencia a sus brácteas papiráceas o de consistencia de papel, antes se la conocía por Bracteantha bracteata, que me gusta más porque suena a poema épico.

Siemprevivas o inmortales

Es una planta anual, es decir, que nace, crece, se reproduce y muere en un solo ciclo vegetativo. Se suele semillar y germinar en cuanto pasan los fríos, y florece durante todo el verano, como una campeona. Como le ocurre al nenúfar, florecerá hasta que llegue el frío. De hecho, tiene una coincidencia más con nuestro nenúfar, porque la flor a mí me parece que tiene un cierto parecido con las flores de los nenúfares, pero en miniatura. La planta en sí tiene entre uno y dos palmos de altura, por lo que no es muy grande.

Flores inmortales y jardines de luna

Esta margarita de origen australiano tiene una cualidad muy bien conocida: sus flores cortadas se conservan durante años y años con el mismo color. Para ello, hay que cortarlas justo antes de que se abran por primera vez, para asegurarnos una forma bonita y compacta. Claro, las inflorescencias ya están prácticamente secas, así que no hay que hacer ningún proceso para conservarlas así.

De hecho, es probable que más de una vez se hayan visto sus flores pinchadas o pegadas a los cactus que se venden. Es algo que a los amantes de estas plantas suculentas no nos gusta, porque se les hacen heridas o se les aplica pegamento sobre el cuerpo de los cactus para que estas flores de consistencia de papel se queden fijas. No es necesario hacer esto, los cactus son plantas que tienen flores maravillosas, y muchos de ellos las producen incluso desde muy tierna edad.

¿Qué cuidados necesita?

Necesita muchísimo sol, cuanto más, mejor. También soporta altas temperaturas como una titana. Es una planta perfecta para colocar en una terraza o en una ventana con sol fuerte, siempre y cuando no le falte el agua. Hay que regarla todos los días, a la par que le aseguramos que tenga muy buen drenaje.

Hace un mes, plantamos una siempreviva de flor blanca en una de las jardineras de la terraza de la SER. También buscaré sitio a un par de plantas rojizas y una amarilla.

Jardines de Luna

Este es un concepto de jardinería nocturna que añade magia a un jardín. Consiste en plantar aquellas especies que tengan algo que aportar a las noches: puede ser un perfume, un color blanco que destaque en la oscuridad, una apertura floral que ocurra a la caída de la tarde y que esté durante toda la noche... De hecho, las margaritas blancas de origen australiano de las que hemos hablado, serían flores que se podrían ver en los jardines de luna...

Flores de colores claros

Es muy bello que, en un paseo nocturno por un jardín, se tenga alguno de estos alicientes. En el caso de las flores de colores claros, se puede conseguir con unas verbenas tapizantes blancas (Glandularia x hybrida), unas salvias de flor pequeña y blanca (Salvia greggii cv.), las calas (Zantedeschia aethiopica), dalias (Dahlia cv.), hortensias (Hydrangea spp.), margaritas (Leucanthemum spp.), azucenas (Lilium cv.), lirios (Iris cv.) o cualquier flor blanca que se nos ocurra plantar.

Cuando se observen estas plantas por la noche, sobre todo cuando haya algo de luna, sus flores nos devolverán ese brillo de la luna, y destacará entre la oscuridad y el follaje de la planta. Es conveniente utilizar flores de tamaño grande que estén en conjunción con flores más pequeñas en la base, para crear un efecto más dramático. Dentro de las flores pequeñas también se pueden añadir algunas como la mielaria (Lobularia maritima) o la margarita mexicana (Erigeron karvinskianus).

Al color blanco o los colores más claros de esas flores se añaden aquellas especies que tienen también flores con aroma, como por ejemplo las rosas blancas (Rosa cv.), los jazmines (Jasminum spp.) con sus múltiples especies o la carisa (Carissa macrocarpa), un arbusto espinoso que se ve en los jardines de la España más cálida, como Murcia o Málaga. Otra favorita sería la gardenia (Gardenia jasminoides), que, aunque huela también de día, de noche potencia aún más su potente perfume.

Aromas de noche

Algunas flores apropiadas para estos jardines de luna tienen la peculiaridad de tener aroma solamente por la noche, como ocurre con el bien conocido galán de noche, una especie muy querida y reconocida por muchísima gente. Su nombre científico deja constancia de ese perfume embriagador que tiene: Cestrum nocturnum. Es una fragancia que sobrevuela todo y que se mete en las habitaciones, si se ha plantado cerca de la casa.

Hay otra especie muy conocida que también huele por la noche, que es cuando potencia un aroma que también se puede apreciar de día: la datura o trompeta de ángel (Brugmansia cv.). Es muy frecuente encontrarla en los jardines de regiones cálidas, con sus enormes flores colgantes. El motivo por el que estas flores huelen de noche se debe a la presencia de polinizadores nocturnos, como polillas o escarabajos.

Esto es lo que buscan muchos cactus también, que solo abren las flores durante la noche, para evitar las altas temperaturas nocturnas. Uno de los espectáculos más impresionantes que se pueden contemplar en estos jardines de luna es cuando se han plantado cactus como la reina de la noche, que es el nombre popular de Selenicereus grandiflorus. Lo de Selenicereus de su nombre científico ya hace alusión a su floración nocturna, al ser Selene la diosa griega de la luna. Las enormes flores de este cactus solo duran una noche, abriéndose a la caída de la tarde.

Una planta muy conocida en los pueblos, que abre sus flores al atardecer y dura toda la noche, es el dondiego de noche o periquitos (Mirabilis jalapa), con sus flores con forma de trompeta. Estas pueden ser amarillas, rosas o fucsias, pero las que se buscarían para este jardín serían las de color blanco, lógicamente. Para mí es una de las plantas de mi infancia y adolescencia, cuando descubrí su aroma a la caída de la tarde y sus grandes semillas de color negro, que parecen como limones en miniatura. Es muy fácil de reproducir, por cierto, a través de esas semillas.

Otra posibilidad es la de añadir plantas con follaje plateado o glauco, como por ejemplo el canastillo de plata (Cerastium tomentosum) o la oreja de conejo (Stachys byzantina). Nosotros tenemos en la terraza la planta del curry (Helichrysum thianschanicum), que también refulge al anochecer.

Eduardo Barba

Eduardo Barba Gómez es jardinero, investigador...