Xavier Vidal-Folch, sobre las explicaciones del apagón: "Cuando todos son culpables, ¿no hay nadie culpable?"

Madrid

El apagón fue cosa de todos. Nadie fue del todo culpable. Pero todos los protagonistas, la operadora del sistema, Red Eléctrica; y las compañías privadas actuaron erróneamente. Esta es la principal conclusión del informe presentado hoy al Gobierno por la ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, sobre el fiasco del 28 de abril.

Cuando todos son culpables, ¿no hay nadie culpable? No es así, todos tiene parte de la responsabilidad. Y por tanto deben enmendarse. La operadora, de mayoría pública, no previó la suficiente intensidad de energía, y eso que la había disponible. Algunas centrales privadas no absorbieron bien la tensión, y otras se desconectaron cuando eso no debía suceder.

Si eso es así, si lo ratifica sin lugar a dudas el próximo informe de la red europea, podremos sacar algunas conclusiones: 1) alivia que el apagón no se debiera a un ciberataque, lo que indicaría una inquietante vulnerabilidad de España como país; 2) la empresa semipública debe dar explicaciones más certeras y claras que hasta ahora, sin sacudirse el bulto: y su cúpula debería asumir responsabilidades propias; 3) lo mismo pasa con las privadas, porque aunque sean de capital particular prestan un servicio público; 4) es hora de profundizar con el manual para evitar la repetición del caos, ahora habrá que examinar si el catálogo es todo lo completo que se necesita.

Y queda aún pendiente una obligación del Gobierno, en colaboración con las comunidades autónomas: elaborar un protocolo más ambicioso para que cuando sucedan estas u otras graves rupturas de suministros, los afectados sean rescatados con más celeridad. Podrían dedicar a ello un plenario de la próxima conferencia de presidentes, en vez de tirarse los trastos y los adjetivos a la cara.