Así es la bomba destructora de búnkeres capaz de dañar instalaciones nucleares subterráneas como las de Irán
La GBU-57A/B, un gigante de 13 toneladas envuelto en una aleación de acero de alta densidad, fue diseñada para atravesar hasta 60 metros de roca de montaña antes de explotar

La GBU-57A/B es una bomba destructora de búnkeres capaz de dañar instalaciones nucleares subterráneas como las de Irán.

Madrid
Israel comenzó a bombardear Irán en la madrugada del pasado 13 de junio alegando avances en el programa nuclear de la república islámica y la amenaza que supone para su país la fabricación de misiles balísticos.
Cinco días después, el fuego cruzado entre Israel e Irán persiste sin que haya señales de que las hostilidades entre ambos países puedan concluir a corto plazo.
Las alarmas antiaéreas siguen sonando en todo el norte de Israel por la infiltración de misiles iraníes que han sorteado la famosa Cúpula de hierro israelí. El ejército de Netanyahu también ha pasado la noche atacando Irán y ambos países han emitido órdenes de evacuación.
Todo esto después de que el primer ministro israelí y Donald Trump hablaran por teléfono y de que el presidente de EEUU contemple, tras reunirse con su equipo de seguridad nacional, la posibilidad de involucrarse militarmente en la guerra.
Por ahora, la aviación israelí ha atacado infraestructuras militares de Irán y las plantas nucleares de Natanz, Isfahán y Fordó y también a altos cargos de la Guardia Revolucionaria y científicos nucleares.
Durante la noche, Israel asegura haber bombardeado una planta de producción de centrifugadoras nucleares y varias instalaciones de fabricación de armamento en Teherán.
Incapacidad de Israel
En medio de estas tensiones entre Israel e Irán y ante la incapacidad del ejército de Netanyahu para asestar el golpe definitivo, ha vuelto al centro del debate una de las armas más poderosas del arsenal estadounidense: la GBU-57A/B, conocida como Massive Ordnance Penetrator (MOP).
Esta bomba, diseñada específicamente para destruir instalaciones profundamente enterradas, representa una de las pocas opciones militares capaces de alcanzar objetivos como la planta nuclear iraní de Fordó, ubicada bajo una montaña.
La MOP pesa unas 13,6 toneladas y puede penetrar hasta 60 metros de roca o de hormigón armado antes de la detonación. A diferencia de otras bombas convencionales, su diseño permite lanzar varias unidades seguidas para perforar capas cada vez más profundas, lo que la convierte en una herramienta única para atacar búnkeres subterráneos o instalaciones nucleares fortificadas.
Fordó, situada cerca de la ciudad iraní de Qom, es una instalación de enriquecimiento de uranio construida a unos 80 metros bajo tierra. Su ubicación y protección —incluidos sistemas de defensa aérea iraníes y rusos— la hacen prácticamente inaccesible para el armamento convencional israelí.
Tanto es así que las bombas más potentes del arsenal israelí pesan menos de una quinta parte que la MOP, lo que limita su capacidad para dañar este lugar estratégico.
Riesgos de usar la MOP
Sin embargo, el uso de la MOP no está exento de riesgos. Aunque su carga es convencional, la Agencia Internacional de Energía Atómica ha advertido de que un ataque a Fordó podría liberar material nuclear en la zona, dada la presencia confirmada de uranio altamente enriquecido.
Una de las principales limitaciones operativas de la MOP es que solo puede ser lanzada desde el bombardero furtivo B-2 Spirit, una aeronave que únicamente posee la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Esto implica que cualquier operación que involucre esta bomba requeriría la participación directa de Washington, lo que podría escalar el conflicto regional y complicar los esfuerzos diplomáticos con Teherán.




