Los zombis de Danny Boyle en un Reino Unido aislado del resto del mundo: "El argumento está influenciado por el Brexit"
El director británico estrena '28 años después', la tercera entrega de la popular serie cinematográfica de muertos vivientes

MADRID, 06/06/2025.- El director de cine Danny Boyle durante la presentación de su película '28 AÑOS DESPUÉS', este viernes en Madrid. EFE/Blanca Millez / Blanca Millez (EFE)

Madrid
En 2003 llegaba a los cines españoles 28 días después. Su director, el británico Danny Boyle, ya había triunfado anteriormente con películas tan famosas como Trainspotting o La Playa y con 28 Días después se proponía dar una vuelta de timón al género de terror de zombis y muertos vivientes. El guion, escrito por Alex Garland, director posteriormente de títulos como Ex_Machina o Civil War, tenía como punto de partida una gran infección que se iniciaba cuando un grupo en defensa de los animales intentaba liberar de un laboratorio londinense a unos chimpancés que eran usados como cobayas para experimentos científicos. El problema era que esos monos tenían el virus de la ira. Casi un mes después de que comenzara la epidemia, la mayoría de la población de la Gran Bretaña estaba muerta y los infectados se comportaban como auténticas bestias, persiguiendo y destrozando a mordiscos a sus semejantes no infectados.
El film fue un éxito de público y, a partir de ese momento, los zombis volvieron a ponerse de moda. En 2007 llegó la secuela, 28 semanas después, dirigida esta vez por el español Juan Carlos Fresnadillo. “Me dio vértigo rodar una película en Londres y además un Londres tan especial como sale en la película, vacío, desolado y fantasmal”, nos contaba entonces el director canario. “Me planteé la película como si yo fuera un reportero, un documentalista que va a Londres y que va a cubrir qué es lo que ha pasado allí. Yo creo que lo que más impresiona es ver un lugar histórico, que además tenemos asociado con la vida, llena de bullicio y de actividad frenética. Y de repente descubrirla en esta historia, de esa forma tan fantasmal, es algo que es casi como un icono del terror. Es algo realmente desolador y que te pone la piel de gallina”, añadía el realizador.
Ahora, en 2025, cuando hemos padecido la pandemia mundial y el confinamiento provocado por el COVID, Danny Boyle vuelve a la historia en 28 años después y reconoce que lo que vivimos fue una fuente de inspiración para esta nueva película. “Todos tenemos la experiencia personal de que, de repente, surgió algo que no comprendíamos muy bien y que hizo que nuestro comportamiento cambiara. Nos pusimos a la defensiva. Desconfiamos mucho de todo el mundo y nos refugiamos en nosotros”, nos dice. “Vivíamos todos solos en nuestras casas y llevábamos guantes y máscaras. Pero también en nuestra película aprendes que no puedes vivir así durante mucho tiempo. Desde luego, no podrías vivir así 28 años. Poco a poco vas asumiendo más riesgos y empiezas a vivir con el virus. Entiendes que está ahí y que es peligroso, pero aprendes a vivir con él”, cuenta.
28 años después está interpretada por Jodie Comer, la actriz de la serie Killing Eve o de la película El último duelo y por Aaron Taylor- Johnson, al que hemos visto recientemente en el film Nosferatu. También sale el siempre eficaz Ralph Fiennes, pero el gran protagonista es el chaval Alfie Williams, que da vida al hijo de esta pareja que tendrá que adentrarse en territorio infectado. Y es que, en una clara alegoría al Reino Unido post Brexit, las islas británicas están completamente aisladas y custodiadas por un ejército internacional que impide que nadie llegue al continente. Unos pocos no infectados sobreviven en una pequeña isla frente a las costas. “Sí, el argumento, está influenciado por el Brexit”, reconoce Danny Boyle. “La Inglaterra que vemos en la película es una Inglaterra que ha sido bloqueada, puesta en cuarentena, encerrada, por así decirlo. Algo que todos aprendimos en el COVID. Pero esto también es político, en el sentido de que es una actitud hacia el exterior. Es una cuestión de desconfianza hacia el exterior. Y esta pequeña comunidad que sobrevivió en la isla se siente aislada en sí misma por elección propia”, añade el oscarizado director de Slumdog Millionaire.

Danny Boyle dirigiendo a Aaron Taylor-Johnson en 28 Años después / Miya Mizuno

Danny Boyle dirigiendo a Aaron Taylor-Johnson en 28 Años después / Miya Mizuno
El guion, escrito una vez más por Alex Garland, nos presenta una ensoñación de la mítica Inglaterra medieval, con arqueros tan certeros como el mismísimo Robin Hood. “Forma parte, en gran medida, de la mitología de Inglaterra”, nos cuenta Danny Boyle. “El arquero común como una figura noble y el arco y las flechas se usan para enseñar a los jóvenes a desempeñar sus funciones, que consisten en ser luchadores. Es una mezcla de Robin Hood y de Enrique V, pero también de los años 50 de la posguerra, cuando sufríamos racionamiento, pero éramos heroicos”.
Pero, por supuesto, en 28 años después hay zombis o, mejor dicho, infectados, que intentan acabar con todos aquellos que aún no lo están. Un film, con escenas de acción y de terror, pero también con un mensaje muy actual, según Danny Boyle: “¿Debe el niño seguir los pasos y el mundo masculino representado por su padre o debería seguir algo menos tangible, que es la influencia de su madre?”, se pregunta el realizador.

Ralph Fiennes y Jodie Comer en una escena de 28 Años después. / Miya Mizuno

Ralph Fiennes y Jodie Comer en una escena de 28 Años después. / Miya Mizuno
Una película que tendrá su continuación en otros dos largometrajes más, en las que nos encontraremos referencias claras a La Naranja mecánica de Stanley Kubrick. Una trilogía con una estética muy especial, y con una bella fotografía que resalta las escenas filmadas en plena naturaleza. “Queríamos que la película fuera una experiencia muy visual, que se rodara en formato panorámico para que se mostrara un paisaje grande y épico que no tiene muchos habitantes”, afirma Danny Boyle. “La naturaleza se renueva de una manera muy positiva y muy poderosa. Todas las ciudades, Madrid, Barcelona, Londres serían verdes en 50 años si no estuvieran pobladas. Si pasara esto, estarían cubiertas de vegetación. La única forma de hacerlo hoy en día es usar CGI y no queríamos hacerlo. No queríamos pintar hiedra en todos los edificios ni nada parecido. Queríamos ambientarlo en el campo para poder usar la naturaleza real. Hay una parte del Reino Unido llamada Northumbria, en el noreste, que es muy remota y virgen de la agricultura, la ganadería o la huella humana y por eso elegimos nuestro paisaje para crear estas imágenes”, concluye el realizador.
Bellos paisajes sí, pero habitados por esos muertos vivientes que, 28 años después, siguen sedientos de carne humana.

Elio Castro
Licenciado en Historia del Arte y Máster en periodismo por la Universidad Autónoma/El País. Periodista...




