El PSOE se vuelca en contener la inquietud de los socios: del rechazo en la OTAN al anuncio de más medidas anticorrupción

Madrid

Una semana después de que implosionara el caso Santos Cerdán en el corazón del PSOE, el Gobierno sigue buscando el modo de contener una crisis sin precedentes que mantiene en estado de shock a los socialistas. Tras los avisos de sus socios de gobierno y parlamentarios de las últimas horas, poniendo en duda la capacidad del Ejecutivo para hacer frente a la situación, el Gobierno ha decidido lanzarse a contener la inquietud de sus aliados con mensajes en varios frentes.

Prácticamente a la misma hora que Moncloa hacía público al medio día la intención del Gobierno de rechazar el aumento al 5% del gasto militar en la cumbre de la OTAN, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, garantizaba, en el Congreso de CCOO, que van a tomar "más medidas" porque son conscientes de que con pedir perdón, no basta. El Ejecutivo se plantea por ejemplo estudiar las demandas que hacen los grupos parlamentarios para endurecer la contratación con empresas que han sido condenadas por casos de corrupción.

El Gobierno ha asumido ya públicamente que la estrategia que habían desplegado hasta ahora para contener el impacto del caso de corrupción que afecta a su exsecretario de Organización Santos Cerdán no está siendo suficiente para calmar los nervios de sus socios, sobre todo después de la jornada de este miércoles en el Congreso.

La bronca sesión de control durante el Pleno supuso para el Ejecutivo un golpe de realidad, tras haber calado entre sus socios, y entre las propias filas socialistas, la idea de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está "tocado" y, muy afectado, e incluso de que la legislatura se encuentra en un punto de no retorno, de fin de ciclo.

Tampoco surtió el efecto esperado la ronda de contactos que el presidente Sánchez inició con sus socios para calmar sus ánimos. Uno a uno iban saliendo de sus reuniones lamentando falta de contundencia y exigiendo medidas más drásticas que las anunciadas por el Gobierno, que hasta ahora se limitan a la realización de una auditoría externa de las cuentas del PSOE, cambios en la Ejecutiva del partido, una Comisión de Investigación en el Congreso y la comparecencia el 9 de julio de Sánchez en el Pleno. Y ni Podemos ni BNG quisieron siquiera sentarse con el presidente.

Un día después, el jefe del Ejecutivo ha decido retirarse de los focos, pero aseguran en Moncloa que lo hace para volcarse en preparar esa futura cumbre de la OTAN en la que ha decidido plantarse ante las peticiones de aumentar aún más el gasto militar, y también para poder concertarse en diseñar un plan de choque de medidas anticorrupción que logre poner coto a las sospechas de corrupción que se extienden por la sucesión de noticias sobre Cerdán.

Sánchez tenía previsto participar este jueves en el 13º Congreso Confederal de CCOO, pero finalmente ha cancelado su asistencia y ha enviado en su lugar a su vicepresidenta primera y mano derecha, que ha excusado su asistencia, afanándose en dejar claro que el presidente sigue fuerte. "No ha podido esta presente pero me ha transmitido toda la fuerza, toda la energía para participar de este Congreso", ha asegurado Montero al tomar la palabra.

Y a continuación traslado un mensaje de Sánchez: "España es una democracia fuerte solvente y moderna que no se arruga ante los desafíos externos ni ante los retos y los problemas internos. Tenemos claro donde queremos estar y hacia dónde queremos ir".

"Sé que hay mucha indignación, hemos pedido perdón, lo ha hecho el presidente en primera persona y sabemos que no es suficiente, que tenemos más medida que nos permitan recupera la confianza de la ciudadanía, y soy también muy consciente de que hay mucha gente que no quiere escuchar el 'tú más', que está muy cansada de una clase política que ven cada día que se puede alejar de sus problemas y de sus intereses", ha asegurado, antes de defender, no obstante, que ya cree que ya están actuando de forma contundente, y que están dejando claro no son iguales que la derecha y la ultraderecha.

La Moncloa se da de margen hasta el Comité Federal del PSOE convocado para el próximo 5 de julio, y hasta la comparecencia del presidente del día 9 de julio en el Congreso para encontrar la fórmula con la que contentar a sus socios con medidas más contundentes. Y confían en que eso, junto al parón parlamentario del verano, sirva para aplacar las tensiones. No obstante, de las conversaciones con distintos cargos socialistas se desprende que la sensación ahora de cierta psicosis es absoluta porque todo temen la aparición de nuevos audios e informaciones de Koldo García, uno de los vértices del "triángulo tóxico", como calificó el martes la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, al círculo que conformaba el ex asesor de José Luis Ábalos, con el ex ministro y con Santos Cerdán.

Mientras buscan un plan de respuesta, desde el Gobierno se afanan también por dejar claro que hay pruebas que desmienten que la legislatura no avance. El ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños, ha asegurado este miércoles que "más allá de las declaraciones públicas, que son importantes, porque fijan la posición política de los grupos", también deben fijarse "en la realidad de las votaciones", y esa realidad, a su juicio, es que semana tras semana sacan adelante iniciativas legislativas en el Congreso. De hecho, ha puesto de ejemplo que la semana pasada el Gobierno superó la votación de las enmiendas a la totalidad de las leyes de reforma de la Justicia, y que este jueves ha sacado adelante la proposición de ley para disolver asociaciones franquistas.