El Parlamento británico da vía libre a la ley de muerte asistida en Inglaterra y Gales
La Cámara de los Comunes ha aprobado el proyecto de ley este viernes, algo que garantiza su promulgación, aunque el texto deberá pasar antes por la Cámara de los Lores

El Parlamento británico en Reino Unido, en una imagen de archivo. / WPA Pool

Londres
La Cámara de los Comunes del Parlamento británico ha aprobado este viernes el proyecto de ley de muerte asistida. El texto, refrendado con una ajustada mayoría —314 votos a favor y 291 en contra— deberá pasar ahora a la Cámara de los Lores, donde no se esperan grandes modificaciones, antes de su promulgación definitiva. Los defensores de la norma confían en que la ley sea aprobada definitivamente a finales de año tras la votación de este viernes, que han calificado como un “paso histórico”.
La nueva ley será una de las más restrictivas que existen en el mundo. Sólo las personas mayores de edad, en plenas facultades mentales, que padezcan una enfermedad terminal con un pronóstico de vida inferior a seis meses podrán beneficiarse de ella. Además, el paciente deberá firmar dos declaraciones distintas expresando su deseo de morir y deberá recibir la autorización de dos médicos independientes, así como someterse a la evaluación de un comité de expertos, formado por un psiquiatra, un trabajador social y un jurista.
Una vez aprobados todos los trámites, los médicos podrán preparar la sustancia letal para que se la administre el propio enfermo. En caso de que el paciente tenga dificultades para tomarla, podrá utilizar “dispositivos médicos” o “recibir ayuda para ingerir o autoadministrarse” la sustancia, según especifica la ley, aunque en ningún caso podrán administrarla exclusivamente terceras personas.
“Lo más importante es que hemos conseguido aprobar la ley, lo cual es muy significativo para mucha gente. Quiero rendir homenaje a los enfermos terminales y a sus familias porque esta ley va sobre ellos”, ha dicho a ‘Sky News’ la impulsora del texto en el Parlamento, la diputada laborista Kim Leadbeater, tras la votación. “Sé que hay mucha gente que está decepcionada por este resultado, pero el voto de hoy es muy importante para muchas familias en este país”. ha añadido.
Los miembros de la Cámara de los Comunes tenían libertad de voto en esta ocasión, como suele ocurrir en los proyectos de ley que afectan a cuestiones éticas. Esto ha provocado una división tanto dentro de los principales partidos como en el propio Gobierno. El primer ministro, Keir Starmer, ha votado a favor junto a la ministra de Economía, Rachel Reeves, o la ministra del Interior, Yvette Cooper, mientras que otros miembros del Ejecutivo, como el ministro de Sanidad, Wes Streeting, se han posicionado en contra.
Los diputados contrarios a la ley han argumentado que es necesario reforzar algunos servicios importantes, como los cuidados paliativos, antes de aprobar una norma como esta. También han criticado que algunas salvaguardas hayan sido eliminadas del texto durante su tramitación parlamentaria, como la obligación de que todos los casos sean revisados por un juez del Tribunal Superior de Justicia (High Court). Los defensores del texto consideran, sin embargo, que proporciona las garantías suficientes y han accedido a incorporar nuevas enmiendas, como la prohibición de publicitar la muerte asistida en cualquier parte del país y la obligación de presentar un informe dentro de un año en el que se evalúe el impacto de la muerte asistida en los cuidados paliativos.
La votación de este viernes ha sido el último gran escollo para la aprobación de la norma, aunque los miembros de la Cámara de los Lores todavía pueden incorporar enmiendas o retrasar su aprobación definitiva. Aún así, es poco probable que el texto sufra grandes modificaciones durante este proceso. Una vez promulgada la ley de forma definitiva, el Gobierno tendrá un plazo máximo de cuatro años para implementarla en el Servicio Nacional de Salud (NHS).




