'La furgo', un retrato de la precariedad y la crisis de la vivienda sin caer en el dramatismo

Madrid

Empezar de cero no es un camino fácil y tampoco lo es alcanzar, sin apenas esfuerzo, segundas oportunidades. Sobre esta idea gira la historia que protagoniza el debut cinematográfico del director catalán Eloy Calvo. La furgo es una particular road movie que, bajo una mirada crítica que ahonda en la precariedad laboral sin caer en el dramatismo, se adentra en la vida de un padre divorciado poniendo su foco en las distintas formas de paternar y de crear un hogar.

Oso vive aferrado a su pasado y envuelto en una espiral de insatisfacción personal y fracasos laborales y desea recuperar su estabilidad. Al no tener un empleo fijo con el que afrontar los gastos cotidianos, ha convertido una vieja furgoneta en un nuevo hogar donde poder vivir con su hija de seis años.

Pol López ha sido el encargado de interpretar a este padre. "Me gustaba su lado orgulloso y su parte tierna que florece a partir de los juegos y la imaginación. No quería hacer un padre excelente, era poco real. Sentía que había que mostrar todos los fallos que comete y poder transformarlo a lo largo de la película".

El catalán, que en 2023 ganó el Gaudí a mejor actor protagonista por Suro, destaca la complicidad en el set con Martina Lleida la pequeña actriz que da vida a Violeta. Asegura que "tenía muchas ganas y una gran capacidad de adaptabilidad". Martina contaba con sus tempos y estaba muy feliz durante todo el rodaje. "Se le nota que la interpretación le mueve por dentro", declara López.

La historia parte del cómic independiente publicado en 2018 que lleva el mismo título. Calvo desvela que el tono amable de las viñetas y sus potentes animaciones le fascinaron desde el primer momento en que las leyó. "Me pareció una trama amena que hablaba de temas sociales muy importantes como la precariedad laboral desde una mirada más relajada", apunta.

El problema de la vivienda es una de las críticas más potentes del largometraje. Este particular hogar en el que vive su protagonista se muestra como una hipérbole intencionada para poner el foco en la crisis habitacional de España marcada por una tendencia en aumento, en la última década, en el precio de los alquileres y de compra de viviendas. "Desde la publicación del cómic, hace ya 7 años, esta crisis se ha cronificado y el problema no es solo el acceso a la vivienda, sino mantenerla. Precisamente, esto es lo que le ocurre a Oso tras su divorcio", reflexiona el director.

La película también se sumerge en la necesidad de contar con redes de apoyo para superar determinados problemas. "El resto del elenco retrata la soledad no buscada. Al fin y al cabo conectan entre ellos al vivir momentos vitales parecidos. Me parecía interesante indagar, también, en cómo esos puentes se pueden ir quemando", expone el director.

El equipo tuvo claro que era importante reflejar la multiculturalidad de Barcelona y han dejado a un lado la fotografía turística y gentrificada de la ciudad. "Era imprescindible enfocar la vulnerabilidad real de la clase media-baja y creo que lo hemos hecho", comenta el actor.

Encuentra un trabajo como repartidor para empezar a huir de los límites de la precariedad y, también, se refugia en su imaginación para evadir a Violeta de todos los problemas que puedan ocurrirle. "Es hermoso ver cómo Oso se agarra a la idea del amor para conseguir, a toda costa, la felicidad de su hija", concluye López.