El turismo
"En Baleares se habla de una previsión de 20 millones, frente a una población local de poco más de un millón. ¿Cuál es el límite? ¿Cuánto guiri cabe en España? ¿200 millones? ¿500 millones? Que alguien diga, porfavor, hasta dónde ha de llegar esto"

Barcelona
Ante la iglesia romana de San Ignacio había, hace unos días, una larguísima fila de turistas. Me pareció normal: las pinturas de la bóveda son maravillosas. Pero, acercándome, comprobé que se podía entrar sin problemas. Toda esa gente esperaba por un espejo. Han puesto un espejo inclinado en mitad de la iglesia, de forma que uno puede fotografiarse con el techo como fondo. También comprobé que esa multitud de la fila no se molestaba en mirar ni un instante los frescos de Andrea Pozzo. Esperaban, tomaban el selfie y se iban.
Esto es mayormente el turismo contemporáneo, amigos. Turismo de selfie, aglomeración, sudor e indiferencia. En algún caso de lucidez extrema, el turismo también consiste en emborracharse y saltar desde el balcón a la piscina del hotel o estrellarse contra el suelo. Puro nihilismo.
Quizá no valga la pena preocuparse por la cosa turística, viendo la matanza de Gaza, el peligro de guerra total en Irán y, más prosaicamente, ese asunto emético del PSOE. Pero aún así, quizá convendría ir pensándoselo.
Ya sé que parte de la población española vive directa o indirectamente del turismo. Ya sé que el turismo es una parte importante de la economía. Ya sé de nuestra hospitalidad. Aun así, dudo que el negocio pueda crecer infinitamente. Porque el foráneo paga por todo, en especial por la vivienda, unos precios a los que no llegamos los indígenas.
Este año, el número de turistas en España se acercará a los 100 millones, y los lugareños no llegamos a 50. En Baleares se habla de una previsión de 20 millones, frente a una población local de poco más de un millón. ¿Cuál es el límite? ¿Cuánto guiri cabe en España? ¿200 millones? ¿500 millones? Que alguien diga, porfavor, hasta dónde ha de llegar esto. Para ir sabiendo hasta dónde tendremos que marcharnos los de aquí.
Me llamo Enric González. Cuídense del calor.




