"Estábamos todos llorando": Paloma del Río recuerda la historia de la patinadora que logró un bronce justo después de la muerte de su madre

Madrid

Paloma del Río, una de las voces más reconocidas del periodismo deportivo en España, visitó El Faro para repasar su trayectoria profesional y compartir algunas de las historias más impactantes que vivió a lo largo de sus más de 30 años de carrera. Entre ellas, destacó un momento que, como ella misma confesó, aún le emociona profundamente: la actuación de la patinadora canadiense Joannie Rochette en los Juegos Olímpicos de Vancouver de 2010, pocos días después de la muerte de su madre.

Del Río comenzó su intervención recordando cómo, en 1986, al iniciar sus prácticas en Televisión Española, pidió entrar al área de Deportes, algo que en su momento sorprendió por el hecho de ser mujer. "Cuando entré a trabajar pedí Deportes, les sorprendió que una mujer quisiera hacer deportes", explicó. "Siempre tuve claro que quería deporte".

Pero fue el recuerdo de Rochette lo que centró gran parte de su testimonio en el programa. La periodista relató con detalle la historia de la joven patinadora canadiense, que en los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver vivió un momento tan trágico como extraordinario.

"En los mundiales anteriores, Joannie Rochette había sido medalla de bronce. Es canadiense y esa edición de los Juegos se celebraba en Canadá, por lo que era una de las posibles medallistas", explicó. "El viernes, sus padres volaron de Montreal a Vancouver para verla competir. Esa misma noche, su madre murió de un infarto".

Ante la tragedia, el Comité Olímpico Internacional decidió apartar temporalmente a Rochette de la competición para que no tuviera que enfrentarse a los medios en un momento tan difícil. "Humanamente, todo el mundo entendía que una niña de 17 años estuviera en esa situación", contó Del Río. "No sabíamos si iba a competir o no. Todo el mundo entendía que no, hasta que dijeron que sí".

"Fue tan tremendo"

El martes comenzaba el programa corto de patinaje. "Cuando ella puso el pie en el hielo para salir a calentar, todo el mundo empezó a llorar. Yo lloraba, no me llegaban las palabras a la boca. Estábamos todos llorando. Fue tan tremendo", recordó emocionada. Rochette realizó una actuación impecable que la llevó a la tercera posición en el podio.

"Dos días después fue el programa libre, y cuando terminó, rompió a llorar. Al final fue medalla de bronce. A los tres días trasladaron el cuerpo de su madre a Montreal… y encima iba la medalla", relató.

Para Del Río, ese momento resume como pocos el poder del deporte: "Humanamente, todo el mundo entendió que aquella niña, si no lo hubiera hecho bien, no hubiera pasado nada. Son estas cosas que pasan en el mundo del deporte, que son tan emotivas y te enseñan tanto".