Colombatto se ceba contra el Mirandés en la celebración del ascenso del Oviedo y ya tiene respuesta del exjabato Sergio Camello

El Real Oviedo ha vuelto a Primera División después de 24 años. Lo hizo tras ganar 3-1 al Mirandés en la vuelta de la final del ascenso, donde los carbayones consiguieron dar la vuelta al 1-0 que consiguió el equipo rival en Anduva. Cazorla de penalti empató el tanto inicial de Panichelli, e Ilyas Chaira forzó la prórroga. En el tiempo extra, Francisco Portillo hizo el tercero y el Tartiere entró en una euforia que continuó hasta la celebración del domingo.

Santi Cazorla fue el gran líder del Oviedo en la celebración, y el club publicó un vídeo en el que aplaudía a todos los contrincantes que se han encontrado en este camino a Primera División. "Todos sois rivales de Primera", terminaba. Sin embargo, la euforia se sobrepasó cuando Francisco Colombatto cogió el micrófono. El futbolista argentino, que minutos antes había pedido al presidente Barbón una estatua para la leyenda oviedista —"al lado de Mafalda, se lo merece"—, se pasó de frenada en un cántico contra el CD Mirandés, rival por el ascenso.

Empezó a sonar La Morocha, canción que el equipo de Miranda ha utilizado en esta temporada para celebrar sus victorias, y Colombatto, que falló un penalti en la ida, se acordó de ellos mientras tarareaba. "Y que se vayan a la concha de su madre... Que la pongan en Mirandés (sic) ahora esos hijos de las remil pu***", dijo. Unas palabras que no han gustado en redes sociales, ya que el Mirandés no se ha caracterizado por tener rivalidad con los asturianos, además de levantar simpatías por todo el territorio español.

Sergio Camello, actual jugador del Rayo Vallecano y ex del Mirandés, no dudó en contestar a Colombatto en redes sociales. "Lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro", respondió el exdelantero jabato.

No fue la única imagen que dejó Colombatto en la celebración del ascenso del Oviedo. El argentino fue, literalmente, el último en llegar a casa. Su fiesta de noche del sábado acabó el domingo por la mañana, ondeando una bandera del equipo en la fuente de Plaza de Castilla. Incluso su mujer, Clarisa Abreu, narró cómo fue el regreso a casa del centrocampista. "Necesito ayuda, tengo un borracho. Habla a cualquiera, se abraza a cualquiera y no los conoce", dijo en Instagram.