Juez con manía persecutoria

Barcelona

Igual el ministro de Justicia Félix Bolaños no lo ve así, y se comprende. Pero este juez Peinado es un tipo superdivertido, aunque sus actuaciones sean estrambóticas. Es especialmente cómico en la persecución contra la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, una manía que merece todo su empeño.

Peinado sobresale porque en este caso imputa sin ton ni son a gente prestigiosa y variada, y va el tribunal superior y le ordena desimputarlos: como al ex rector de la Complutense y a un ex directivo del Instituto de Empresa que fue consejero autonómico del PP.

También destaca por su impulso irrefrenable por visitar la Moncloa de vez en cuando, ya sea para interrogar al presidente, a un ministro o a los bonsáis de Felipe González, quizá sueña con sentarse un día en esos sofás tan blancos.

También es muy cómica su resistencia a obedecer a la Audiencia, que tuvo que ordenarle por tres veces el abandono del asunto principal de su labor, el apoyo oficial a Air Europa porque la supuesta mediación de Begoña era una mera “conjetura” y los jueces serios no manejan ficción, sino indicios.

Ahora llega a lo máximo. Sugiere al Tribunal Supremo que impute al ministro de Justicia, Félix Bolaños. Porque no coincide lo que este declaró como testigo, con lo que dijo otro: y en vez de propiciar un careo, patada para arriba. Con añadido funerario: dice que Bolaños coincidió con la ayudante de la esposa del presidente en el tanatorio por la muerte de... ¡Begoña! ¿Es solo manía persecutoria? ¿Es un acto fallido? ¿Es el oscuro objeto del deseo? Por la pluma muere el juez.