Un golpe de calor y los suplentes en el vestuario: el sufrimiento de Benfica y Bayern al jugar con una sensación térmica de 44 °C
Los jugadores han protagonizado la pausa de hidratación más larga en este Mundial
Prestianni
Benfica, Bayern y Boca Juniors están decidiendo su destino en este Mundial de Clubes. Portugueses y alemanes disputan un partido decisivo en Charlotte para saber quién pasa a la siguiente fase como primeros de grupo y en qué orden se enfrentan a Flamengo o a Chelsea. Sin embargo, las condiciones meteorológicas con las que están jugando ambos clubes están siendo muy desfavorables, haciendo casi impracticable la práctica del fútbol.
Son muchas las quejas que llegan desde los clubes europeos por las sofocantes temperaturas que están sufriendo cuando tienen que disputar los partidos, a eso se le suma las críticas por el estado de los terrenos de juego o las continuas suspensiones por las peligrosas tormentas presentes en los Estados Unidos. El último episodio ha ocurrido en Charlotte, lugar donde juegan Bayern y Benfica por un lugar en la fase de eliminatorias.
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A la hora del comienzo del partido se registraban 38 °C, con una sensación térmica de 44 °C, un calor completamente abrasador. Con esta temperatura se presentaron los equipos en el terreno de juego, pero no así los suplentes que se quedaron en vestuarios, tal y como lo habían hecho anteriormente los jugadores del Borussia Dortmund en su partido contra Mamelodi por este mismo motivo. Con visibles caras de sufrimiento empezaron el partido y transcurrió con normalidad un inicio marcado por el gol de Schjelederup en el primer tiempo.
Poco más tarde, en el minuto 25 de encuentro, se produjo la pausa de hidratación más larga que hemos visto en este Mundial de Clubes, en el cual se pasaban las botellas congeladas de aguas, toallas llenas de hielo y donde algunos buscaban la sombra sin mucha suerte. Después de varios minutos, volvieron al campo y fue ahí cuando se vio la imagen más preocupante del partido. Prestiani, jugador argentino del Benfica, se fue al suelo de repente, desatando las alarmas entre todos sus compañeros, que fueron rápidamente a socorrerlo.
El colegiado se percató perfectamente de lo que estaba pasando e indicaba todo que lo que había sufrido el jugador había sido un golpe de calor. Los servicios médicos del equipo luso le pusieron una bolsa de hielos sobre el cuello, le dieron más agua y unos instantes de reposo sobre el verde.

Ricky Dias
Ourense, 1997. Licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Llegó a la redacción...




