Escuchar a Trump con el volumen más bajo posible

Madrid

Donald Trump aseguró en su campaña electoral que acabaría con la guerra en Ucrania en 24 horas, ya en la Casa Blanca anunció que el problema de Gaza era una tontería y que la Franja era un lugar perfecto donde se instalarían en pocos meses hoteles y casinos de lujo; hace pocos días dijo que los bombardeos de las centrales nucleares iraníes habían sido un éxito militar fabuloso y que el programa nuclear de los ayatolás ya no existía. Anteayer anunció el alto el fuego entre Tel Aviv y Teherán y minutos después, ante le evidencia de que no era así, amenazó a los dos países que, dijo textualmente, “no saben qué coño están haciendo”. Han pasado seis meses desde que tomó posesión en la Casa Blanca y la guerra de Ucrania sigue activa, con bombardeos y muertos día a día. La Franja de Gaza es un matadero aún peor, en el que se asesina a hombres, mujeres y niños que se acercan a los escasos puestos de comida que Israel ha permitido. Hoy mismo, el Pentágono ha asegurado que los bombardeos de Trump solo han retrasado unos meses el programa nuclear iraní. Son solo unos ejemplos de la manera en la que el presidente Trump acostumbra a manejar los asuntos internacionales. Cree sinceramente que ese tipo de lenguaje le proporciona ventajas. En realidad, es solo una forma de hablar. Hay que estar pendiente, por supuesto, porque se trata, nada menos, que del presidente de Estados Unidos, pero también hay que saber escucharle con el volumen más bajo posible.