"El sector financiero español se ha construido sobre la política hipotecaria que nació de los Pactos de la Moncloa: seguir con esa huida hacia adelante tiene costes importantes"

Julio Tejedor, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza, experto en contratación pública, que además ha ostentado distintos cargos de responsabilidad en el Gobierno de Aragón, ofreció en A vivir que son dos días una mirada crítica sobre la evolución de la política de vivienda en España, desde el franquismo hasta nuestros días. Su análisis pone el foco en cómo la vivienda ha sido utilizada como herramienta de estabilización social y motor económico, con consecuencias que hoy se traducen en graves tensiones sociales.

"La política de vivienda y urbanística que lanzó el falangismo fue un instrumento de estabilización social. Eso era lo que se buscaba", explicó Tejedor. Sin embargo, con la llegada de los tecnócratas, ese modelo fue rápidamente sustituido por una lógica más económica que social. "Se quedó huérfano", apuntó.

El punto de inflexión, según el catedrático, llegó con los Pactos de la Moncloa, en los albores de la democracia. "Allí se formuló una política de vivienda que se vinculó directamente al sistema financiero; se regularon las cédulas hipotecarias y se utilizó el sector de la construcción para generar propietarios e hipotecas como una palanca económica", detalló.

Este modelo, que convirtió la vivienda en un producto financiero, ha marcado profundamente el desarrollo económico del país. "El sector financiero español se ha construido en gran medida sobre la base de la política hipotecaria que nació de los Pactos de la Moncloa, y el sector de la construcción igual", afirmó.

Pero Tejedor advierte que este modelo, que durante décadas impulsó el crecimiento, hoy muestra claros signos de agotamiento. "Seguir con esa huida hacia adelante está provocando costes sociales importantes", alertó. Entre esos costes, se encuentran el encarecimiento del acceso a la vivienda, la precariedad habitacional y la creciente desigualdad territorial.

Revisar este modelo no será fácil. "Las inercias son muchas", reconoció. El sistema financiero y el urbanismo español están profundamente entrelazados con esta lógica de expansión hipotecaria y especulación del suelo. "Probablemente, ahora hay que revisarla, pero no va a ser fácil", insistió.