Xavier Vidal-Folch, sobre Cerdán: "Aunque ha negado prácticamente todas las acusaciones, la resolución parece trabada, contundente y demoledora"

Barcelona

El ex secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, está entre rejas. Prisión incondicional y sin fianza. El juez instructor del caso le acusa de cohecho, o sea, de soborno cuando hay de por medio un funcionario o autoridad; y de organización criminal, o sea, cometido en grupo organizado, dos de los delitos de corrupción más graves; y como complemento, de tráfico de influencias.

Es el primer caso de los que están en boga, en que el ministerio fiscal pide la prisión preventiva, para asegurar que el presunto queda bajo control, no destruya pruebas o no perpetre más desmanes. Y en que el juez encuentra “notabilísimos indicios” o un “conjunto verdaderamente extraordinario” de indicios, proporcionados por la policía judicial. Y además, que podrían abarcar unos beneficios ilícitos de cinco millones de euros, algo ya muy sustantivo, bastante superior a los 650.000 supuestos al principio.

Además, el juez destaca que las pruebas no fueron producto de una indagación dificilísima, sino de que la unidad especializada de la guardia Civil se encontró las grabaciones en el domicilio de quien las realizó, Koldo, uno de los tres vértices, junto al propio Cerdán y al ex ministro Ábalos, del terrible triángulo. Además de estos tres, el detallado auto judicial, dibuja el papel de la empresa Acciona, como hilo “denominador común” de todas las licitaciones de obras públicas posiblemente manipuladas.

El juez no va más allá, ni aventura, ni ficciona, ni especula con otras posibles ramificaciones personales o de partido. Aunque el imputado ha negado prácticamente todas las acusaciones, la resolución parece trabada y contundente. Es demoledora, pero acotada.