Campo Vidal vivió de cerca la mayor riada de la historia de España: "¡Señor Campo, que se ha salido el río!"

El 25 de septiembre de 1962, Cataluña vivió una de las jornadas más trágicas de su historia. Una inusual gota fría convirtió en torrente a los cauces desaparecidos de Rubí, Terrassa y Sabadell, arrasando barrios enteros y provocando cerca de mil muertes. Entre quienes vivieron aquel desastre está Manuel Campo Vidal, quien con apenas 11 años vio cómo las aguas irrumpían en su hogar, en una jornada que alteró para siempre la vida de miles de familias.

"Vivíamos en un primer piso", recordó Campo Vidal en el programa Por el principio de la SER. "Y la madrugada del 24 de septiembre, el vecino de abajo empezó aporrear la puerta: '¡Señor Campo, que se ha salido el río!'".

La imagen que se encontró al mirar por la ventana lo dejó marcado de por vida. "Quedé impresionado porque efectivamente había una riada muy alta, subimos a los vecinos a nuestra casa porque el agua entraba en la suya".

Campo Vidal describe la escena como un caos imprevisible: "Fue realmente muy impresionante, aquello no estaba previsto, fue un drama". Aunque en su barrio no hubo víctimas mortales, el peligro acechaba. "Había una señora que se estaba allí medio ahogando, una señora mayor, y el padre de mi amigo Manolo Flores cruzó ante la mirada de todos diciendo '¡ay que se lo traga el río!'. Pero la sacó en hombros y fue un héroe".

Campo Vidal recuerda cómo los cadáveres fueron arrastrados por las rieras afluentes del Llobregat: "Quedaron enganchados en unos frutales de la zona de Molins de Rei". Allí apareció Ignasi Riera, "un gran intelectual que llegó voluntario a identificar cadáveres".

En su barrio, lo que llegaban eran muebles explica. "Aparecían mubles de casas y decías: ¿de qué casas viene todo esto?, ¿dónde están las personas?". Una de las imágenes más curiosas ocurrió cuando él y otros niños descubrieron un baúl arrastrado por el agua. "Nos armamos de valor, abrimos el baúl y allí había unas colecciones perfectamente ordenadas y embarradas del Capitán Trueno y del Jabato".

En apenas dos horas y media, se acumularon 212 litros por metro cuadrado. Las lluvias, inicialmente recibidas como alivio tras meses de sequía, se convirtieron en monstruosas riadas que cortaron las comunicaciones, colapsaron fábricas y se llevaron vidas enteras.