Un equipo español detecta microplásticos en el semen y óvulos humanos, pero avisa: "Todavía no sabemos si afecta a la salud reproductiva"
Presentan su hallazgo en Paris en la 41ª Reunión Anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE)

Imagen de la extracción del núcleo de un óvulo(OHSU)

Madrid
Lo que hoy sabemos es que el organismo es capaz de distribuir los microplásticos por el cuerpo, por el sistema sanguíneo, y que son capaces de llegar al testículo y al ovario. Eso es lo que sabemos. Si me preguntas por su efecto, por el efecto de algo que no debería estar ahí, lo podemos intuir, pero no lo sabemos todavía. Hay que seguir investigando.
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Así explica, a preguntas de la SER, su hallazgo Emilio Gómez, embriólogo, director de Embriología de la empresa Gametia y director del laboratorio de fecundación in vitro de la clínica Next Fertility Murcia.
Tras la presentación que va a hacer en la Reunión Anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, dice que "toca seguir investigando con una muestra más amplia de personas y también —y sobre todo— sobre los efectos".
¿Qué han descubierto?
"Lo que hemos visto es que en el líquido folicular en el ovario, el líquido donde flota (entre comillas) el ovocito, hay microplásticos. Eso por un lado. En el otro, en el semen, en el eyaculado, hemos encontrado que también hay", explica Gómez. La siguiente pregunta es clara: ¿Eso tiene alguna relación con su calidad espermática o con su calidad ovocitaria? La respuesta es la que daría un buen científico. Y Gómez la da: "Todavía no lo sabemos porque los estudios que hay (incluido el nuestro) son muy pequeños".
La realidad es que lo que han hecho en el estudio es centrarse en lo que hay y no en lo que produce. Se han centrado en analizar el líquido folicular de los ovarios de 29 mujeres y el líquido seminal de 22 hombres. Usando técnicas avanzadas de microscopía infrarroja y estrictos protocolos para el manejo en recipientes de vidrio (para evitar la contaminación por microplásticos externos), han identificado partículas de microplásticos en una proporción considerable de las muestras: las han encontrado en un 69 % de los casos en las mujeres y en un 55% en los hombres.
Lo que han encontrado son varios tipos de polímeros comunes. Por ejemplo, el politetrafluoroetileno (PTFE), el polipropileno (PP), el tereftalato de polietileno (PET), el poliestireno (PS), la poliamida (PA), el poliuretano (PU) y el polietileno (PE). El PTFE, que se suele usar en recubrimientos antiadherentes y aplicaciones industriales, es el más frecuente, presente en el 31 % de las muestras femeninas y en el 41 % de las masculinas.
“Estudios anteriores ya habían demostrado que los microplásticos pueden acumularse en distintos órganos humanos. No nos sorprendió del todo encontrarlos en fluidos del sistema reproductivo, pero sí la frecuencia con la que aparecen”, explica Gómez-Sánchez.
Cautela con los resultados
El equipo insiste en que su estudio no ha medido los efectos fisiológicos o reproductivos de la presencia de estos polímeros. Este es el siguiente capítulo, cuando se puedan hacer estudios en cohortes más amplias: “Aún no sabemos si los microplásticos encontrados afectan directamente la calidad de los óvulos o espermatozoides. Lo que sí sabemos, a partir de estudios en modelos animales, es que estas partículas pueden inducir inflamación, estrés oxidativo, alteraciones hormonales y envejecimiento celular en los tejidos donde se acumulan. Pero trasladar estas observaciones a los humanos requiere mucha más evidencia”, explica el investigador.
Y además añade que “la fertilidad humana depende de una interacción muy compleja de factores: edad, genética, salud general, hábitos de vida, entre otros. Los microplásticos podrían ser una pieza más del rompecabezas, pero de ninguna manera son una causa directa demostrada de infertilidad”.
"Sabemos que los microplásticos producen oxidación e inflamación en los tejidos. También que llevan pegadas sustancias químicas que, cuando se liberan, pueden actuar como disruptores endocrinos. Todo eso ya lo sabemos. En humanos, la concentración que estamos encontrando es tan pequeña que todavía no hemos sido capaces de demostrar que hay un efecto. Estamos encontrando una sustancia externa que está en un sitio donde no debe estar, que puede producir una reacción inmunitaria. Pues seguramente esa reacción inmunitaria está ocurriendo, pero no vemos todavía que haya una causa-efecto. Que el microplástico produzca la reacción inmunitaria todavía no lo hemos demostrado", concluye.
Por eso, señala, "no hay motivos para generar alarma entre las personas que están intentando concebir". En su opinión, “lo que estos datos muestran es que estamos más expuestos a los plásticos de lo que creíamos, y que vale la pena investigar si esa exposición tiene consecuencias".
Próximos pasos
"Nuestra segunda fase del estudio es intentar ampliar el número de muestras e intentar descubrir si se relaciona con algún parámetro de fertilidad, tanto en hombres como en mujeres", explica Gómez. El equipo planea ahora usar una cohorte "más grande y diversa", complementando los análisis biológicos con información detallada sobre estilo de vida, hábitos alimentarios y exposición ambiental de los participantes.
También se evaluará si existe alguna correlación entre la carga de microplásticos detectada y la calidad funcional de los gametos humanos. De momento, tras la presentación, la investigación se publicará en Human Reproduction, una de las revistas científicas más reconocidas en el campo de la medicina reproductiva.

Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...