Manuel Jabois, sobre la muerte de Diogo Jota: "El absoluto sinsentido de la vida completamente desatado, sin ninguna proporción y sin ninguna justicia"

Madrid

"Se había casado diez días antes con su amor de adolescencia y tenían tres hijos. He querido hablar hoy de esto porque no hay nada que decir. Absolutamente nada. Una rueda reventada, una carretera en supuesto mal estado. Suerte, Aimar. Sólo suerte. Hace unos años un amigo mío pidió un café en una terraza, se desprendió una piedra de la fachada y le jodió la vida. Pasa todo el rato, y a veces nos enteramos porque a quien le pasa es una persona famosa o a alguien a quien queremos. Es el sinsentido de la vida completamente desatado, sin ninguna proporción y sin ninguna justicia. Hay una lección difícil en todo esto que urge tener en cuenta: somos susceptibles de ser destruidos por una rueda, por una piedra, por lo que sea. No se piden explicaciones a quien no puede darlas; no hay que entender nada ni hay nada que entender. Ni siquiera hay que vivir, como dicen los cursis, porque vivir ya vivimos por defecto: lo que hay que hacer es resignarse a que a veces las cosas nos vayan bien aunque merezcamos lo contrario; y por desgracia que las cosas se rompan aunque nos empeñemos en cuidarlas y protegerlas."