Ricky Rubio confiesa su realidad más dura: "Una noche dije 'no quiero seguir con la vida'"
El español lo reconoce en una entrevista con Jordi Évole

Ricky Rubio, durante su entrevista con Jordi Évole / Captura de pantalla

Ricky Rubio ha sido charlado con Jordi Évole en una entrevista titulada Lo de Ricky y que ha repasado la trayectoria del todavía jugador de baloncesto, en donde ha reconocido que aún no ha tomado una decisión respecto a su futuro. A punto de cumplir los 34 años, el base fue totalmente sincero al explicar que él quiere seguir jugando, pero hay algo que le impide hacerlo: "Me gustaría jugar sin todo lo demás y sin ser Ricky Rubio. Yo quiero jugar, pero no puedo. Estoy exprimiendo el máximo para ver si realmente puedo. La respuesta cada día es más clara", ha declarado.
El de El Masnou se ha sincerado con Évole al hablar de lo que mal que lo ha pasado a nivel psicológico en ciertos tramos de toda su carrera deportiva: "Una de las noches que estaba en el hotel dije 'no quiero seguir, ya no con el baloncesto, con la vida'. Tengo una familia, tengo un hijo... pero lo pensé por un segundo, notar que algo tomaba el control de mí mismo". Antes de disputar el Mundial que la Selección terminó levantando pensó en parar porque el propio jugador estaba notando que su vida "no tenía sentido". Una realidad especialmente dura y que se ha atrevido a reconocer durante la charla.
Sobre cómo cree él que ha sido su carrera deportiva, asegura no estar satisfecho "porque nunca ha sido suficiente". Ricky ya tenía una carrera envidiable con 20 años y ha explicado que, desde entonces, no ha podido evolucionar todo lo que él hubiera querido: "En el Mundial de 2019 era el MVP, pero no estaba eufórico porque para mí no era suficiente. Cuando estaba recibiendo el premio me dije: 'Es que soy un farsante. Yo no me merezco esto'".
El todavía jugador de baloncesto también ha hablado de lo difícil que ha sido para él gestionar sus lesiones deportivas a nivel mental, puesto que no quería hablar con nadie y su único objetivo era aislarse del rudio exterior, estando así "enfadado con el mundo", tal y como él mismo ha explicado a Évole durante la entrevista: "No quería ni coger el teléfono porque yo sabía que me había roto. Y mi primera reacción es 'esto no me ha pasado a mí, pero se van a cagar porque voy a volver más fuerte que nunca'".
Para superar todos estos baches, no ha mostrado ningún problema al reconocer que tuvo que pedir ayuda para volver a resurgir después de unos momentos especialmente complicados: "Tenía una sensación rarísima por dentro. Me miré en un espejo y vi que algo no iba bien. Pedí ayuda como supe y esa tarde venía a verme mi mujer, porque teníamos la tarde libre. Y le digo: ‘Me tienes que ayudar a hacer las maletas’. Se rio y me dijo: ‘Va, va. Vamos a darle una vuelta’. ‘Yo no las puedo hacer, no me puedo ir, pero me tienes que ayudar", ha terminado diciendo.




