La ONU renueva el mandato de su principal experto LGBTQ+
Graeme Reid estará tres años más en el Consejo para mejorar la protección de los derechos del colectivo y evitar su vulneración
Fotografía del 16 de junio de 2022 de una persona de la comunidad LGTBI+ durante una manifestación en Caracas (Venezuela) / Miguel Gutiérrez (EFE)
Madrid
El Consejo de Derechos Humanos ha aprobado este lunes por tres años más la continuidad de Graeme Reid, académico sudafricano con una larga trayectoria en derechos humanos. Su tarea consiste en impulsar a los gobiernos a mejorar la protección de los derechos LGTBQ+ y evitar su vulneración. Para ello, debe documentar abusos, dialogar con autoridades, redactar informes sobre la situación en los países que visita y apoyar a organizaciones locales. Aunque su mandato no tiene poder legal para imponer cambios, ejerce presión política y genera visibilidad internacional.
La renovación del mandato ha sido aprobada con 29 votos a favor, 15 en contra y 3 abstenciones. Qatar y varios países africanos votaron en contra, argumentando que el mandato promueve "valores controvertidos". Por su parte, Pakistán ha calificado el mandato como una herramienta para imponer ideas ajenas a sus culturas.
Hasta la llegada de Trump, Estados Unidos había sido uno de los principales partidarios del mandato. Sin embargo, la potencia ha comenzado a desmantelar políticas de protección LGTBQ+ y a eliminar las políticas de inclusión. Entre las decisiones más polémicas están la eliminación de la opción de género no binario en documentos oficiales, el cierre de líneas de ayuda para jóvenes LGTBQ+ y la prohibición del acceso a tratamientos médicos de afirmación de género para menores trans.
En Estados Unidos se han eliminado protecciones clave, pero no es el único caso. En Hungría, el gobierno de Viktor Orbán ha impedido la celebración del Orgullo en Budapest, aunque miles de personas salieron apoyadas por el alcalde de la ciudad. En Rusia, cualquier expresión pública de identidad LGTBQ+ puede ser castigada con cárcel. En Reino Unido, el Tribunal Supremo ha restringido el reconocimiento legal de género, y en Italia se han eliminado protecciones para familias homoparentales. En lugares como Irán, Arabia Saudí o Somalia, las relaciones homosexuales se castigan con la horca, la lapidación o la decapitación.
Según Human Rights Watch y la Asociación Internacional de LGTBI, estos retrocesos se deben a una tendencia global impulsada por gobiernos ultraconservadores que utilizan a las minorías sexuales como chivo expiatorio.
