Fito Páez: "No quiero acusar a los jóvenes; son víctimas de un mundo que los llena de tics y de tocs"
El músico argentino reflexiona sobre la pérdida de profundidad en la creación artística en un mundo saturado de estímulos, distracciones y homogeneización cultural

Fito Páez: "No quiero acusar a los jóvenes; son víctimas de un mundo que los llena de tics y de tocs"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
En una conversación con James Rhodes en el programa En Clave de Rhodes, Fito Páez compartió su visión crítica sobre el estado actual del mundo y su impacto en la música. El artista argentino no dudó en señalar los efectos de una cultura cada vez más uniforme y acelerada.
"El mundo está cambiando hacia una pasteurización y una homogeneización de todo, en las conductas y el lenguaje musical no escapa a esto, a esta aberración", afirmó con contundencia. Para Páez, esta tendencia no solo afecta a la industria, sino también a la forma en que las nuevas generaciones se relacionan con el arte.
Lejos de culpar a los jóvenes, el músico mostró empatía hacia ellos: "No quiero acusar a los jóvenes; creo que son, en todo caso, víctimas. Quedan allí a la intemperie, con un mundo que los llena de tics, de tocs, de quilombos". En su análisis, el entorno actual, dominado por la hiperconectividad, la ansiedad y la falta de atención, dificulta enormemente el proceso creativo.
Más información
"Con eso tienes que hacer música. Entonces es difícil, muy difícil", repitió, subrayando la complejidad de crear en un contexto donde la concentración es un bien escaso. "La música, vos sabés, necesita concentración, amor al lenguaje, disciplina, rigor y goce. Estar ahí adentro meti", explicó, haciendo referencia a la experiencia de tocar en vivo, donde aún se preserva cierta pureza del acto musical.
Páez también mencionó que está escribiendo un ensayo sobre estas cuestiones, donde profundiza en la filosofía detrás de estos cambios culturales. "Se trata sobre esto, o sea, filosofa sobre esas cuestiones", comentó, dejando entrever que su preocupación va más allá de lo artístico: es también una reflexión sobre el alma de una época.
Para terminar, Páezm hizo una declaración que resume su forma de resistir a la superficialidad del presente: "Yo quiero sentirme como Gardel, y la mejor manera de hacerlo es con la música, para mí".




