No han llegado y ya se pelean
Xavier Vidal-Folch reflexiona sobre los equilibrios que está haciendo el PP en su relación con Vox

El análisis de Xavier Vidal-Folch | No han llegado y ya se pelean
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Barcelona
Con los datos y con las encuestas de hoy, el PP no solo necesita a Vox para llegar a la Moncloa: requiere de otros apoyos. Y es un problema muy difícil juntar el agua de la ultraderecha con el aceite de la derecha liberal y centrista, como el PNV. No hablan, nunca mejor dicho, el mismo idioma.
Así que el gran resultado palpable del congreso del PP ha sido la advertencia de Vox de que no le apoyaría en una eventual investidura de Alberto Núñez Feijóo: si en vez de deportar a más de 7 millones de gentes de origen extranjero, ciudadanos españoles incluidos, solo regulariza a los que están en situación administrativa irregular. Es la respuesta al desprecio del portavoz pepero Miguel Tellado, de que no le gustaría verles de ministros. Porque, claro, igual espanta a posibles votantes “centrados”, el nuevo lema.
Y eso que Feijóo, en modo generoso para captar apoyos, rechazó taxativamente en su Congreso cualquier “cordón sanitario” contra los ultras.
Derecha y ultraderecha siempre critican al Gobierno, pues dicen que no se aguanta en una mayoría que califican de inestable. Pero al menos gobierna, y planta cara hasta a Donald Trump. De momento los aspirantes todavía tienen que construir esa mayoría, la han desarticulado en varias autonomías, y aún no les suman conjuntamente los diputados de ambas familias. Mucha prisa y pocas nueces.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...




