Uno de los mediadores en la guerra de Gaza se opone al plan israelí de crear una "ciudad humanitaria" para la población palestina
Catar alerta del riesgo de una reubicación forzosa y niega que esa propuesta forme parte de las negociaciones de alto el fuego
Una visión de la vida en tiendas de campaña improvisadas, el desplazamiento y los continuos ataques israelíes en Gaza, el 8 de julio de 2025. Abdalhkem Abu Riash/Anadolu.
Madrid
Catar, uno de los países mediadores clave en las negociaciones para alcanzar un alto el fuego en Gaza, ha rechazado la propuesta de Israel de crear una "ciudad humanitaria" en el sur del enclave palestino, donde se concentraría a unas 600.000 personas desplazadas por la guerra.
El plan, anunciado por el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, contempla construir este espacio en las ruinas de Rafah, al sur de la Franja, y según afirmó, los trabajos podrían comenzar durante una eventual tregua. Sin embargo, Catar, que junto con Egipto y Estados Unidos actúa como media dor entre Israel y Hamás, ha asegurado que esa idea no está sobre la mesa.
"No estamos participando oficialmente en conversaciones sobre dicho plan", afirmó Majed al Ansari, portavoz del Ministerio de Exteriores catarí. "Hemos declarado claramente nuestra oposición a cualquier reubicación forzosa de palestinos o a cualquier traslado fuera de su territorio".
¿Qué es la "ciudad humanitaria"?
El Gobierno israelí la presenta como una zona segura para albergar a cientos de miles de personas desplazadas por la guerra. Sin embargo, la comunidad internacional teme que se trate de una medida encubierta para forzar el desplazamiento de la población gazatí.
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Organizaciones palestinas y varios países árabes ya han advertido que podría tratarse de un intento de limpieza étnica, y recuerdan que cualquier traslado masivo de población civil, sin garantías ni condiciones voluntarias, está prohibido por el derecho internacional.
¿Qué está ocurriendo en Doha?
Mientras tanto, las delegaciones de Israel y Hamás llevan tres días reunidas en Doha, en una nueva ronda de contactos para alcanzar un acuerdo de alto el fuego. Según Al Ansari, que sigue los avances de las negociaciones, "las conversaciones aún no se centran en una tregua final, pero se está trabajando en un marco de principios".
La permanencia de ambas delegaciones en Catar se interpreta como una señal positiva, aunque no se espera un acuerdo inmediato. Estados Unidos ha enviado a su enviado especial, Steve Witkoff, a unirse a las discusiones.
El posible acuerdo incluiría la liberación gradual de rehenes, una retirada parcial del Ejército israelí en algunas zonas de Gaza y pasos hacia el fin de la guerra, que comenzó el 7 de octubre de 2023.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha insistido en que su objetivo es liberar a todos los rehenes y desmantelar a Hamás antes de poner fin a la ofensiva. En una reciente visita a Washington, Netanyahu habló del plan de reubicar parte de la población gazatí fuera del enclave, y aseguró estar trabajando con Estados Unidos para "encontrar países receptores".
El presidente Donald Trump, que se reunió con Netanyahu en la Casa Blanca, afirmó que "los países vecinos están cooperando", aunque ninguno de ellos ha confirmado esa versión. Al contrario, varias capitales árabes han rechazado la idea frontalmente.
Desde el inicio del conflicto, más de 57.000 palestinos han muerto en Gaza, según las autoridades locales, y casi toda la población, más de dos millones de personas, ha sido desplazada. Los ataques han destruido buena parte de las infraestructuras y agravado una crisis humanitaria sin precedentes.
