Una experta en ciberseguridad revela cómo nos afectaría una gran guerra tecnológica y explica qué deberíamos hacer

Madrid

Cada vez son más las voces que advierten de que la próxima gran guerra será la tecnológica. Una idea que gana peso al observar lo que está sucediendo en países como Ucrania o Palestina, donde la tecnología se ha convertido en un arma estratégica más. Mientras que Ucrania ha sufrido numerosos ataques cibernéticos a sus infraestructuras más críticas, como pueden ser las redes eléctricas, los bancos o los medios de comunicación, el gobierno de Israel ha lanzado numerosas campañas de ciberataques y operaciones de desinformación como parte de su estrategia militar. De ahí que la idea de una gran guerra tecnológica haya ido ganando fuerza en los últimos tiempos.

Más aún después de ver las consecuencias que puede tener un gran apagón en nuestra sociedad. Hace apenas unos meses, concretamente en abril, España y Portugal sufrían un apagón eléctrico masivo como consecuencia de un "colapso excepcional sin precedentes". A partir de ese preciso instante, se generaron un sinfín de incidencias en todo el país. Los metros se quedaron completamente parados con centenares de pasajeros en su interior, las tiendas tuvieron que cerrar hasta nuevo aviso y los hospitales tuvieron que tirar de generadores para que las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) pudieran seguir funcionando con normalidad. A pesar de que no fuera un ciberataque, este tipo de eventos nos permiten comprobar la repercusión de un ataque de estas características en nuestro día a día y el daño que podría llegar a hacer una gran guerra tecnológica a nivel global.

Las consecuencias de un ataque tecnológico controlado

Un tema sobre el que hemos hablado en el último programa de El Faro, en el que Mara Torres ha contado con la experta en ciberseguridad de Soledad Antelada, en calidad de Gataparda. Después de hablar acerca de algunos de sus grandes hitos en el ámbito tecnológico, Mara Torres le ha preguntado a su invitada sobre la posibilidad de una futura gran guerra tecnológica. Y la experta ha reconocido que todas las naciones con acceso a tecnología e Internet, es decir, todos los países del mundo, son susceptibles a este tipo de ataques. De ahí la importancia de estar bien preparados ante este tipo de escenarios.

Porque a pesar de que estemos hablando de una hipotética guerra tecnológica, lo cierto es que ya se están produciendo ataques de estas características en distintos puntos del globo terráqueo: "Pero al final las guerras tecnológicas ya existen, lo que a día de hoy conocemos como cyber warfares". Sin embargo, estos ataques no se parecen a los que hemos presenciado históricamente, tal y como recuerda Mara Torres: "Al final una guerra mata gente. Una guerra también son bombas como las que están cayendo en Gaza o en Ucrania y eso es lo que entendemos como guerra".

Qué hace en caso de guerra tecnológica

Pero la experta en ciberseguridad recuerda que, en estas últimas guerras, se están atacando principalmente a las infraestructuras: "Pero muchas de estas bombas no matan a nadie, destrozan infraestructura". Un tipo de ataque que, si bien no mata personas de forma directa, sí que puede hacerlo de forma indirecta: "Imagínate que hay un ciberataque. Piensa en tu mundo. Piensa en el interruptor, en el agua que sale de tu grifo o en el transporte público. Si todo se parara de repente, podría haber accidentes. Por otro lado, también se podría manipular cosas como el agua con productos químicos y finalmente dañar a la población.

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Y Mara Torres ha llegado a la conclusión de que sería catastrófico un ataque de este calibre que pudiera derivar en futuros apagones: "Al final no funcionarían los hospitales, no tendríamos alimentación a largo plazo y tampoco podríamos pagar en los supermercados". ¿Y qué podemos hacer para estar preparados ante un posible ataque de estas características? La invitada cree que lo más importante es proteger nuestra propia tecnología: "Hay que asegurar la tecnología lo máximo posible y estar preparados para, cuando pase, saltar lo antes posible y que haga el menor daño posible a la sociedad".