Emmanuel Mouret, el Woody Allen francés: "La pareja es una metáfora de la sociedad"

Madrid

A Woody Allen le han salido infinidad de discípulos. Directores y directoras que tratan de retratar las relacione amorosas y los traumas de la clase media alta de una generación concreta, usando el humor y la mirada filosófica. A esa banda se une el francés Emmanuel Mouret, que ya había dado muestras en su cine de ese regusto por las relaciones amorosas y el cuidado de sus guiones en títulos como 'Las cosas que decimos, las cosas que hacemos' o 'Crónica de un amor efímero'. En su nueva película, 'Tres amigas', que estuvo en la pasada edición del Festival de Venecia, da todavía un paso más. “No creo que sea la persona adecuada para poder juzgar mis películas y hablar de referencias pero admiro a estos directores”. Se refiere a Woody Allen, pero también al Éric Rohmer, otro director clave su hablamos de relaciones amorosas en el cine. “Me encantan tanto los aspectos de sus películas que quizás haya un eco entre lo que contaron y lo que yo cuento”, reconoce el director en una entrevista en Unifrance.

En realidad, Tres amigas es como si a Hannah y sus hermanas, donde conocíamos la vida sentimental de tres mujeres, hermanas en ese caso, se cruzara con la luz de Lyon, ciudad francesa donde se desarrolla esta historia basada en el amor, pero también en la amistad femenina. “Lo interesante del amor es que no me digo que estoy trabajando en el amor porque creo que siempre está en todo”, dice el director francés. “Todo el mundo sabe lo que es el amor, pero todos tenemos ideas diferentes sobre lo que es o lo que significa y eso es muy interesante”. El cineasta cita a Michel Picoli para explicar que sus películas no tienen una vocación política, pero que la política comienza en una habitación.

En ese concepto abierto del amor se sitúa esta película que habla del desamor, de ser honestos con la pareja y los propios sentimientos y de valentía para afrontar la vida. “Me pareció interesante el dilema de esta mujer, la protagonista, de cómo separarse de alguien a quien aún amas. Siguen sintiendo mucho amor, pero es un tipo de amor diferente. Sabe que esa decisión va a provocar una serie de dramas para ella”. Ese es el comienzo de una historia, la de Joan que ya no está enamorada de su pareja, Víctor, y sufre porque no está siendo honesta. Su mejor amiga la tranquiliza diciéndole que ella tampoco siente lo mismo que sentía al inicio de la relación pro su pareja, pero que su relación marcha bien. Lo que no sabe es que esa pareja tiene una aventura con la tercera amiga del grupo.

Joan, a la que interpreta la actriz India Hair, uno de los descubrimientos de este año que también protagoniza el nuevo filme de los Dardenne, decide finalmente abandonar a su pareja y ahí comienza un nuevo rumbo para todas. Ese pequeño movimiento desencadenará un efecto dominó en forma de infidelidades, abandonos, nuevas relaciones, deslealtades, vueltas y revueltas románticas empujadas por la tensión entre el amor, la pasión y el cariño en las relaciones de pareja. “La tensión en esta historia es ver cómo la pareja intenta, porque siempre hay intentos de este tipo, en convertirse en una especie de sociedad de dos. La pareja es una premisa de la propia sociedad”, explica el autor que ha logrado un guion luminoso a pesar de hablar de rupturas y desamor. “Y esta relación que tenemos con los demás también dibuja una relación que tenemos con nosotros mismos”.

Un guion escrito junto a Carmen Leroi y que se combina con una puesta en escena también luminosa, con un tono ligero y un reparto encantador, con nombres como Camille Cottin, Sara Forestier y Vincent Mascagne. “Me gusta ver el cine desde la perspectiva de cómo vivir juntos. Mis historias hablan de cómo vivir juntos. Y la sociedad más pequeña que existe es, de hecho, la sociedad enamorada, o a veces ni siquiera enamorada, pero es la pareja”, insiste Mouret que ubica a sus personajes como profesores de instituto. “Claro que sé lo que gana y cómo vive un profesor”, respondía en la entrevista sobre el realismo en su cine. “Soy consciente que no busco el ultrarrealismo en mis películas. Me interesa más la historia y la narración. No estoy intentando, vamos a decir, hablar y decir cosas sobre la sociedad. Lo que más me interesa son las preguntas íntimas de los personajes, que obviamente, espero, repercutirán en los espectadores”.