LinkedIn y el efecto del positivismo tóxico en tus compañeros: "Nadie lo llama mentira, pero es el Instagram de los adultos que se creen serios"

Narciso era un joven tan guapo que se enamoró de su propia imagen reflejada en el agua. Tanto le gustó que se quedó ahí parado hasta que murió de sed y de hambre. El mito llega a nuestros días en forma de teléfono móvil en mano y mirada puesta en las vidas contadas a través de Instagram, TikTok o LinkedIn. No hay límite para el relato. Tampoco para el pudor. Si quiero ser guapo, me pongo el filtro adecuado. Si quiero ser listo, comparto sesudos artículos. El no basta con serlo, si no que también hay que parecerlo alcanza aquí su máxima expresión. Y, a veces, se va un poquito de las manos. Los especialistas lo llaman positivismo tóxico.

"El positivismo tóxico es tener una visión positiva en exceso ante situaciones adversas. Nos alejamos poco a poco de la realidad emocional y nos limita para gestionar emociones", explica el psicólogo Vicente Prieto, director técnico del Grupo Álava Reyes. "Es esa peste emocional que nos obliga a estar bien todo el rato", resume el psicólogo Buenaventura del Charco, de 'Estar contigo terapia', quien añade: "Es la dictadura de la sonrisa, del tú puedes, del todo pasa por algo y del vibra alto, incluso cuando se te está cayendo la vida a pedazos. Es tóxico no porque el pensamiento positivo sea malo, sino porque se convierte en un imperativo que niega nuestra humanidad".

Es capaz de negar la rabia y culparnos por no estar bien. "Nos mete en la cabeza que si sufres es porque no estás pensando lo correcto o no estás trabajándote lo suficiente. Como si el problema fuera que no le rezaste lo bastante fuerte a Paulo Coelho", añade del Charco.

LinkedIn: un gran libro de autoayuda en el que reina el postureo

Si el positivismo tóxico tiene consecuencias en nuestra forma de relacionarnos con nosotros mismos y con nuestro entorno, ¿qué pasa si se aplica al ámbito laboral?

Ahora ya no basta con inflar un poco el currículum, sino que somos responsables de crear un relato en torno a cómo nos relacionamos con el trabajo. Todo en inglés, of course. Ya no tenemos habilidades, tenemos skills, que suman puntos si son validadas por el resto de usuarios. No podemos olvidar verificarnos para que todos sepan que nuestro perfil es de fiar, que todo lo que ponemos es verdad de la buena. LinkedIn es la red social laboral más grande del mundo con más de mil millones de usuarios en más de 200 países. Una gran torre de Babel que se escribe más con éxitos que fracasos.

"Si no pareces Elon Musk con valores, no existes"

"Saber venderte es importante siempre que sea realista. En un proceso de selección, todo exceso se va a ver. Si las personas encargadas de la selección hacen bien su trabajo se darán cuenta de que estás sobrevalorando tus competencias. Y esto te va perjudicar", asegura Prieto.

Distinguir el grano de la paja es parte de la tarea de los cazadores de talento. "El perfil de LinkedIn no está reflejando la verdad de los candidatos, es algo superficial. Muestra una imagen idealizada del yo en la que se intenta mostrar una imagen arquetípica de quién es quién", explica el experto en liderazgo, Alberto González Pascual, director de Cultura, Desarrollo y Talento de RRHH de PRISA.

"Por todo esto hay que tener cautela a la hora de analizarlos. El currículum no es más que el comienzo de una investigación para el gestor del talento. Y no puede pasar de ahí, porque no lo contrario estaríamos cayendo en esa ideología de la felicidad, en ese sesgo de tener un positivismo radical. Los sujetos no son siempre rectos y derechos", añade González Pascual.

"En LinkedIn, si no pareces Elon Musk con valores, no existes. Hay una especie de teatrillo meritocrático en el que tienes que mostrarte como un ser humano épico, resiliente, visionario y agradecido incluso cuando tu empresa te explota o cuando no te renuevan el contrato", explica el psicólogo Buenaventura del Charco.

Mi compañero de trabajo sí que se sabe vender bien

Si mi compañero hace lo mismo que yo en el trabajo, ¿por qué parece que tiene más éxito que yo? "Se ha instalado la idea de que tienes que vender una narrativa de éxito, una historia inspiradora con estructura de storytelling para que los demás te validen. Como si no bastara con ser honesto o competente. Todo es “mi fracaso me enseñó”, “mi despido fue mi oportunidad” o “mi jefe tóxico me convirtió en líder”. Relato ganador o silencio", añade el psicólogo.

Esa historia laboral que nos montamos en LinkedIn tiene un impacto en nuestros compañeros, que resume así del Charco.

• Fomenta muchísimo la competitividad y disminuye la cohesión interna del equipo.
• Te hace sentir que si tú no estás motivado 24/7. Si no tienes proyectos paralelos, ni haces networking en el afterwork, ni te reinventas cada trimestre, algo estás haciendo mal.
• Genera ansiedad, autoexigencia y una sensación de insuficiencia crónica.
• Ves a otros teniendo éxito y tú te callas tus miserias.

"Así todos vivimos atrapados en una mentira colectiva que ninguno se atreve a romper. Un burnout emocional maquillado de superación personal", resume el especialista.

Como nada es blanco ni negro, también hay efectos positivos: "La parte buena es que combate síndrome del impostor ya que cuando ves a gente que va de crack y luego la ves de cerca y compruebas que no es tan crack, te ayuda a relativizar lo que ves en el resto de LinkedIn. Cuando ves a cuatro fantasmas en tu oficina, empiezas a inferir que hay muchas personas en esa línea".

"Es como si Paulo Coelho se hubiera pasado a Recursos Humanos"

Buenaventura del Charco es crítico con la forma en la que se puede llegar a utilizar LinkedIn: "Se ha vuelto el templo de la motivación sin carne, donde todo es inspiración y resultados, pero sin espacio para la verdad emocional, para el conflicto o para el dolor real. Es el lado oscuro de la autoayuda: el que no busca ayudarte, sino exigirte que encajes en un molde de éxito inhumano".

Y remata: "Es autoayuda corporate. De esa que mezcla frases de Harvard Business Review con imágenes de lobos solitarios y frases de Anthony Robbins. Es como si Paulo Coelho se hubiera pasado a Recursos Humanos".

"El Instagram de los adultos que se creen serios"

Si alertamos a jóvenes y adolescentes de los peligros del uso de redes sociales como Instagram a la hora de proyectar una imagen idealizada, puede decirse que los adultos caemos en lo mismo en LinkedIn.

"El problema es que como adultos no nos lo cuestionamos tanto. En Instagram la cosa es más evidente: filtros, cuerpos irreales, vidas editadas. Pero LinkedIn hace lo mismo con tu identidad profesional. Se filtra el fracaso, se editan los logros, se retocan las historias. Solo que como lo hace con traje y corbata, nadie lo llama mentira. Pero lo es. Es el Instagram de los adultos que se creen serios. Nos tragamos el mismo ideal: perfección, éxito constante, y cero espacio para ser vulnerables", sentencia del Charco.

Casi la mitad de las empresas detecta desajustes entre el perfil del candidato en Internet y la entrevista presencial, según un reciente informe de Infojobs. La exageración de habilidades técnicas, menor experiencia laboral o una imagen idealizada que no se corresponde al comportamiento real son los aspectos que más incoherencias presentan.

"El currículo que sube el profesional no es más que una puerta para entrar en una realidad que estará llena de verdades, medias verdades y muchas contradicciones y quizá algún elemento oculto. Y eso es lo que sigue estando en manos de los profesionales de la gestión de talento, que cada vez tienen que ser más pluridisciplinares para ser capaces de detectar todos estos elementos y poder anticipar el bienestar tanto de la persona como del equipo", asegura el experto en liderazgo, Alberto González Pascual.

LinkedIn puede interpretarse desde la perspectiva del mito de la caverna de Platón, donde los que están creen que observan el mundo real. Hasta que salen y se enfrentan a algo más rico y complejo.