Jabois se pone en contra a todos al imaginar lo que será de su vida, de la de Aimar y de la de Àngeles Caballero dentro de diez años
"Nosotros tres ni nos hablamos": Jabois imagina un futuro de éxito y ruina emocional en 'La Cena de los Idiotés'

Jabois se pone en contra a todos al imaginar lo que será de su vida, de la de Aimar y de la de Àngeles Caballero dentro de diez años
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Durante la última emisión de la temporada de La Cena de los Idiotés, Manuel Jabois se permitió un desvío del dilema central del programa para lanzar una visión delirante, aunque no exenta de verdad, sobre lo que podría ser de él, de Àngels Caballero y de Aimar Bretos en el año 2034. "Han pasado diez años y hemos muerto de éxito", sentenció con su habitual mezcla de sarcasmo y melancolía.
En su relato, el éxito del programa ha sido tal que ha terminado por devorar a sus propios creadores. "Nosotros tres ni nos hablamos", dijo, antes de detallar un futuro en el que Àngels se ha casado diez veces con Tom, Tomás, Taylor y Richard Barton; Aimar ha pasado por tres clínicas de desintoxicación, y él mismo ha caído en la peor de las decadencias: "Yo he sido el peor de todos: soy coach, doy charlas motivacionales".
Un dilema que se vuelve profecía
En medio de esta distopía radiofónica, Jabois introdujo un dilema planteado por una artista invitada "muy top", según sus palabras, que aún no ha alcanzado la cima, pero que está a punto de hacerlo. La pregunta era simple y brutal: ¿Qué elegirías para siempre: el amor o el talento?
La artista, joven y consciente de su potencial, elige el talento. Meses después, su carrera explota con un éxito internacional, pero al mismo tiempo pierde a una persona muy querida. El dilema, entonces, se reabre: ¿Volverías atrás y cambiarías tu respuesta?
Jabois lanza la pregunta al aire, pero también a sí mismo y a los oyentes. ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar por cumplir nuestros sueños? ¿Y qué queda cuando el éxito llega, pero el amor se ha ido?
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La cena de los idiotés 2x41 | Mi amigo Javier Bardem
Como suele ocurrir en La Cena de los Idiotés, lo que empieza como una broma termina rozando verdades incómodas. El retrato de un futuro de juguetes rotos, de fama hueca y vínculos rotos, no parece tan lejano en una industria que a menudo premia más el brillo que la sustancia. "Pero el programa sigue teniendo punch", remata Jabois, como si eso bastara para justificar el naufragio emocional de sus protagonistas. Y quizá, en parte, lo haga.




