El truco para aprender código morse

El código Morse, ese sistema de comunicación que revolucionó las telecomunicaciones en el siglo XIX, sigue despertando curiosidad y admiración. Aunque hoy en día ha sido reemplazado por tecnologías más modernas, su historia y funcionamiento siguen siendo fascinantes. En el programa Ser Historia, el arqueólogo Pablo Arias explicó cómo surgió este lenguaje de puntos y rayas, y compartió un truco sorprendentemente sencillo para aprenderlo.

Todo comenzó con la invención del telégrafo. La máquina estaba lista, pero faltaba el idioma: un sistema que permitiera representar letras y números mediante señales intermitentes. Fue entonces cuando entró en escena Alfred Vail, ingeniero y colaborador de Samuel Morse, quien ideó un sistema basado en la frecuencia de uso de las letras en el idioma inglés.

Por ejemplo, la letra más común en inglés (y también en español) es la "E", por lo que se le asignó el símbolo más corto: un solo punto. A medida que las letras eran menos frecuentes, se les asignaban combinaciones más largas de puntos y rayas. Así nació el código Morse tal como lo conocemos.

Aunque inicialmente se pensó solo para números, pronto se amplió a todo el alfabeto, convirtiéndose en un estándar internacional durante más de un siglo.

Pero, ¿cómo aprenderlo hoy sin volverse loco? Arias compartió una regla nemotécnica muy útil: asociar cada letra con una palabra que contenga vocales.

Por ejemplo:

• Para la letra G, usamos la palabra golosa: tiene dos "o" y una "a", lo que se traduce en raya, raya, punto.
• Para la O, la palabra oporto (tres "o") se convierte en raya, raya, raya.
• Para la L, limonada da punto, raya, punto, punto.

Así, la palabra "GOL" en Morse sería:

• G: ––·
• O: –––
• L: ·–·

Por eso, explica que: "Cada vez que escuchas los pitidos en Carrusel Deportivo tras un gol, estás oyendo código Morse: G-O-L."