Lanzarote se convirtió en Irak para una película y nadie lo notó
La isla se transformaron en un escenario bélico gracias al talento de los localizadores y la versatilidad del paisaje canario

Lanzarote se convirtió en Irak para una película… y nadie lo notó
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En el cine, la magia no siempre está en los efectos especiales, sino en la capacidad de transformar lo cotidiano en extraordinario. Invasor, una película dirigida por Daniel Calparsoro y producida por Vaca Films, es un ejemplo perfecto de cómo la creatividad y el ingenio pueden convertir una isla volcánica en pleno Atlántico en una zona de guerra en Oriente Medio.
La historia de Invasor gira en torno a Pablo, un médico militar español que regresa de Irak tras una emboscada. Pero lo que parece una vuelta a la normalidad se convierte en una pesadilla cuando descubre que la versión oficial de lo ocurrido no encaja con sus recuerdos. La película, basada en la novela homónima de Fernando Marías, necesitaba escenarios que evocaran el caos y la tensión de una región en conflicto.
Ahí es donde entra en juego Ismael Curbelo, localizador de cine con una larga trayectoria en las Islas Canarias. "La película requería que Lanzarote se convirtiera en Dihuanilla, una región iraquí ficticia. El reto era enorme, pero lo conseguimos", explica Curbelo en el programa Sucedió una noche. El equipo de producción eligió varias localizaciones en Arrecife, como la calle La Inés, que fue transformada con atrezzo militar, tanquetas y extras vestidos como soldados estadounidenses y españoles.
"Con pequeños cambios, logramos que el espectador creyera estar viendo imágenes grabadas en Irak. Se trabajó mucho en la ambientación, en los detalles, en cómo se movía la cámara por las calles", añade Curbelo. La transformación fue tan convincente que incluso se utilizaron imágenes simuladas de ejecuciones de civiles para reforzar la crudeza del conflicto, aunque siempre dentro del marco de la ficción.
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Curbelo también destaca la importancia de la discreción en su trabajo: "No me gusta decir qué se ha rodado en cada sitio, a menos que me lo pregunten directamente. Prefiero que el lugar hable por sí mismo. Muchos directores buscan localizaciones poco vistas, que les permitan ser originales".
Aunque ha trabajado en todas las islas, Curbelo confiesa que Lanzarote es su terreno favorito. "Aquí tengo la capacidad de reaccionar rápido, de adaptar lo que se necesita sobre la marcha. Conozco cada rincón y sé cómo puede transformarse con un poco de imaginación".
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La elección de Lanzarote no fue casual. Su paisaje árido, sus construcciones bajas y su luz natural la convierten en un plató ideal para recrear escenarios del norte de África o del Medio Oriente. Además, la isla cuenta con el apoyo de la Lanzarote Film Commission, que facilita los rodajes y ofrece incentivos a las productoras.




