Kevin Costner contra Hollywood: cómo impuso una película de 3 horas hablada en la lengua original de los siux
El 20% del film se hablaba en lakota con subtítulos

Kevin Costner contra Hollywood: cómo impuso una película de 3 horas hablada en la lengua original de los indios Sius
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En 1990, Kevin Costner desafió todas las convenciones de Hollywood con Bailando con lobos, una epopeya cinematográfica que nadie creía posible. Sin experiencia como director, con un guion poco convencional y una duración de más de tres horas, Costner apostó por una historia íntima, hablada en parte en la lengua original de los indios Sioux, el lakota, y protagonizada por actores en su mayoría desconocidos.
Todo comenzó cuando Costner convenció a su amigo Michael Blake, autor del libreto original, para que lo convirtiera primero en una novela. "Así tendrá más posibilidades de llegar al cine", le dijo. Cuando el libro se publicó, Costner no dudó en adquirir los derechos. Comenzaba así una aventura que, como él mismo reconocería después, "no iba a resultar nada fácil".
El rodaje presentaba desafíos monumentales: escenas de acción complejas, cientos de extras, animales salvajes como lobos y búfalos, y un entorno natural implacable. A esto se sumaba una decisión que muchos consideraron suicida: que el 20% del film se hablara en lakota, con subtítulos. "Todos me decían que era un error, que parecería una película francesa", recordaba Costner en una entrevista. Pero para él era innegociable: los indios debían hablar su idioma.
El reparto fue otro acto de fe. Costner eligió a la casi desconocida Mary McDonnell como "Erguida con puño en alto", la mujer sioux de la que se enamora el protagonista, y a actores nativos como Graham Greene, Rodney A. Grant y Wes Studi. "No quería grandes nombres que distrajeran al público de lo que quería contar", explicó. Su objetivo era claro: mostrar a los pueblos originarios como los verdaderos héroes de la historia.
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La producción, sin embargo, estuvo plagada de problemas. El presupuesto se disparó, el rodaje se retrasó y los estudios comenzaron a desconfiar. Algunos medios llegaron a bautizar el proyecto como La puerta de Kevin, en referencia al fracaso de La puerta del cielo de Michael Cimino. Pero Costner no se rindió. Invirtió varios millones de su propio bolsillo para terminar la película y pospuso el cobro de su salario como actor y director.
Contra todo pronóstico, Bailando con lobos se convirtió en un fenómeno. Recaudó más de 424 millones de dólares en todo el mundo y ganó siete Premios Óscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Director. Más allá de los galardones, la cinta revitalizó el género del wéstern y cambió la forma en que Hollywood representaba a los pueblos indígenas.
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“Bailando con lobos”, Santiago Segura y Oscar Hammerstein II
"Fue como enamorarse", dijo Costner años más tarde. "No sabes a dónde te llevará esa relación, simplemente ocurre y a mí me ocurrió con esta película; sentí que era la que debía hacer".




