Laura Pedro, supervisora de efectos visuales de 'La sociedad de la nieve': "Para trasladar al espectador y que viviera la montaña había que ir allí"

Los efectos visuales en el cine hacen creíble lo increíble, consiguen que mundos fantásticos parezcan reales. Laura Pedro ha logrado cosas tan extraordinarias como que un monstruo gigantesco nos parece verosímil, que veamos a un hombre volar o que las montañas de Sierra Nevada se mimeticen con Los Andes. La supervisora de efectos visuales de El Ranchito, ganadora de tres premios Goya y académica de los Óscar, ha contado en el último programa de El Faro, lo que fue rodar una película tan desafiante como La sociedad de la nieve.

El secreto detrás de los realizadores de efectos visuales de los proyectos audiovisuales reside precisamente en que su trabajo no se note cuando se visionan en la pantalla. Y a pesar de los retos a los que se ha enfrentado a lo largo de su carrera para lograr ese objetivo, Pedro reconoce que todavía no se ha topado con un trabajo que le pareciese "imposible". "A veces te piden cosas muy difíciles de realizar que te abruman porque de buenas a primera no sabes cuál es la solución o la metodología a seguir, pero por suerte existe la fase de preproducción", decía.

Se trata de ese proceso en los meses previos al rodaje, donde los equipos de los distintos departamentos se reúnen para pensar, desarrollar y presupuestar cómo llevar a cabo el proyecto que se ha escrito. En el caso de La sociedad de la nieve, Laura Pedro afirma que la idea se empezó a gestar en 2018, cinco años antes de que viese la luz en los cines y plataformas.

Ir al sitio real para ofrecer "más verdad de lo que pueda parecer" fue uno de los objetivos de la película de J.A. Bayona desde el principio. "Era una de las grandes apuestas. Ni la parte de la producción, ni la dirección, ni nosotros mismos queríamos hacer cualquier montaña en 3D. Para contar de una manera real, prácticamente como si fuera un documental. Para trasladar al espectador y que pueda vivir lo que fue la montaña, había que ir allí", explicaba.

La experiencia de viajar a Los Andes no solo sirvió al equipo de efectos visuales para tener fondos "fotográficamente reales al 100%", sino también para poder contar esta historia sin inventarse nada.