"No hay dinero que pague lo que sufren": Fernando Rueda revela el drama oculto de los espías infiltrados en ETA
Durante años, agentes infiltrados en organizaciones como ETA han arriesgado su vida en misiones secretas sin reconocimiento ni respaldo legal

"No hay dinero que pague lo que sufren": Fernando Rueda revela el drama oculto de los espías infiltrados en ETA
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Viven en la sombra, con identidades falsas, aislados incluso de sus propias familias. Se infiltran en organizaciones criminales y terroristas, arriesgan su vida a diario y, cuando su misión termina, desaparecen sin rastro. Son los infiltrados, figuras clave en la lucha contra el terrorismo en España, pero también las más olvidadas. Así lo ha denunciado el periodista Fernando Rueda en una entrevista en El Faro de la Cadena SER, donde ha desvelado el precio humano que pagan estos agentes y la falta de protección que reciben por parte del Estado.
Rueda, uno de los mayores expertos en espionaje del país y autor del libro Líneas Rojas, centrado en figuras como Mikel Lejarza, alias 'El Lobo', explicó que los infiltrados "no siempre son policías o militares, puede ser un civil con potencial para engañar y obtener información vital desde dentro". Sin embargo, una vez cumplida su misión, muchos de ellos quedan desamparados. "El que hoy es un activo, mañana es un problema", denunció.
Uno de los casos más impactantes es el de Paco Lerena, "un guardia civil que evitó un atentado masivo en 1985 durante un desfile militar", explica el periodista. A pesar de su hazaña, fue abandonado por el sistema: "Le prometieron ayuda y lo dejaron en la calle", relató Rueda.
El periodista también abordó el coste humano de estas operaciones. "No hay dinero que pague lo que sufren", afirmó, al referirse a las secuelas emocionales y psicológicas que arrastran los infiltrados. Algunos, como Mónica Verradre, inspiración para la película La Infiltrada, llegaron a mantener relaciones con miembros de ETA como parte de su tapadera. "Tuvo que fingir afecto por quienes representaban todo lo que más detestaba: dos terroristas responsables de matar a compañeros suyos. ¿Cómo se repara una herida así? ¿Cómo se alivia el peso emocional que arrastra alguien después de vivir algo tan extremo?", reflexionó Rueda.
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La entrevista también reveló que muchos infiltrados operan en una zona alegal, sin respaldo judicial ni cobertura legal. "A diferencia de los agentes encubiertos, que actúan bajo autorización judicial, los infiltrados no tienen protección oficial y, en muchos casos, ni siquiera sus familias conocen su verdadera identidad", explica. "He conocido hijos de espías que iban a conferencias para intentar entender qué hizo su padre durante 15 años", contó.
Fernando Rueda subrayó que muchos de estos agentes actúan movidos por valores, no por dinero ni ideología. "Dar la vida para evitar que maten a otros no se hace por un sueldo. Se hace por convicción. Y eso no se puede pagar", afirmó. También compartió anécdotas personales, como la de Mikel Lejarza, "cuya familia descubrió que estaba infiltrado en ETA al ver su rostro en carteles de 'Se busca' por las calles, creyendo que estaba en Francia haciendo un curso de decoración".
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Entrevista a Fernando Rueda | Los infiltrados que se juegan la vida por sus valores
"Es un mundo increíble, pero cierto", concluyó Rueda. Un mundo donde los héroes no llevan capa, sino identidades falsas, y donde el mayor reconocimiento que reciben es, muchas veces, el olvido.




