Samantha Hudson: "La estética no está reñida con la profesionalidad"
La artista estrena la serie documental '¿No seré yo una obra de arte?', en la que reflexiona sobre el arte contemporáneo, la política y el activismo queer

La Ventana de la TV | Entrevista a Samantha Hudson
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Madrid
Samantha Hudson, con su irreverencia por bandera, ha presentado en La Ventana su nuevo proyecto para Filmin: ¿No seré yo una obra de arte?, una serie documental que la lleva a recorrer museos, galerías y centros culturales de todo el país y donde conversa con algunas de las figuras clave del arte contemporáneo en España.

"Me llegó una propuesta de First World Studios para hacer un formato de entrevistas a agentes culturales contemporáneos. Y yo no me lo pensé dos veces. Veíamos como sacarle chica a los personajes. Me resultó muy apetecible desde el primer momento", ha contado Hudson sobre la génesis del proyecto.
Con el estilo provocador que la caracteriza, Hudson se pregunta —con ironía y profundidad— si su propia existencia no podría considerarse una obra de arte. "El arte contemporáneo siempre se presenta con distancia, como algo elitista o pretencioso. La mayoría de noticias que ves en los medios son de millonarios que se gastan mucho dinero en comprar un plátano con una cinta pegada a la pared. Pero cualquier cosa es arte si así lo consideras. Si para ti tiene sentido, nada es absurdo. Hay arte muy barato también en pequeñas galerías, por ejemplo", ha explicado la artista.
La serie, que se estrena el próximo 1 de agosto, incluye entrevistas con personalidades como Manuel Segade (director del Reina Sofía), Lucía Aguirre (Guggenheim de Bilbao), Abel Azcona, Eugenia Tenenbaum o Pilar Albarracín, entre muchos otros. "Es gente con trabajos de mentira, como el mío", ha bromeado Samantha, sin dejar de lanzar preguntas profundas sobre la función del arte en una sociedad que sólo parece valorarlo si tiene precio.
Ha querido detenerse en su faceta más 'pedante'. "Fui un niño gordo, muy maricón y rapado al cero. Tenía un código de humor muy absurdo. No destacaba en nada, así que decidí esforzarme en ser la más lista de la clase. Mi hermano era profesor de latín y griego, así que yo iba de erudita y mi hermano lo era a sabiendas y me empapaba de él. Tengo bastante afición por la etimología. Me voy apuntando las palabras que no entiendo en el teléfono. Parece que me estoy preparando para el rosco de Pasapalabra. Últimamente estoy muy obsesionada con las palabras «virguería» y «desaguisado»", ha bromeado.
Hudson, que saltó a la fama con el videoclip viral Maricón y desde entonces ha ocupado un lugar insólito en el mainstream, ha pasado por MasterChef Celebrity, Tu cara me suena —donde imitó a Luis Mariano—, Pasapalabra y hasta tuvo su especial navideño en Atresplayer. A estas alturas, el concepto de “mocatriz” (modelo, cantante y actriz) se le queda corto. "Hace mucho decidí preguntarme por qué no en vez de por qué si. Como cuando me llegó Masterchef. La diferencia entre la Samantha de este formato y la de Masterchef es que soy más adulta, voy más rodadita, más centrada. No olvidemos que voy acumulando eventos canónicos surrealistas que me dan muchas tablas y mucha calle", ha dicho entre risas.
Para ella, el arte es algo holístico, total, así que no distingue entre sus facetas como cantante o actriz. "Si hago música le pongo una intención teatral, escénica. Mis espectáculos son conciertos, pero no he abandonado el cabaret, lo oscuro. Creo que no tiene desperdicio. No sabría como definir la totalidad de mi ser. Mi existencia se define por la no definición. Vivo entre el hombre y la mujer, entre lo femme y lo fatal, entre esto y aquello. En mi propuesta artística intento abarcarlo todo", ha relatado Hudson.
Además, este verano no se detiene: el viernes actúa en el Pride de Barcelona, luego viaja al Cooltural Fest de Almería en agosto, y en septiembre arranca una gira de salas con su tercer álbum, Música para muñecas, que la llevará por Bilbao, Sevilla, Granada, Barcelona, Madrid y Valencia. También ha colaborado con Villano Antillano, Zahara, La Zowi y Luis Miguélez para el himno del Orgullo, Gritando Amor.
"A la gente le encanta tener la razón, pero también estar equivocada. En estos tiempos en el que todo es homogéneo y aburrido, que haya una persona que rompe con lo que esperabas te llama la atención. Necesitamos gente auténtica. La estética no está reñida con la profesionalidad. No me hagas responsable de tus prejuicios", ha finalizado.

Álvaro García-Dotor
Periodista cultural. Redactor en La Ventana.




