El caso de Paco Lerena: evitó un atentado y fue olvidado por el sistema

En 1985, durante el desfile de las Fuerzas Armadas en La Coruña, España estuvo al borde de una tragedia nacional. Una bomba colocada bajo la tribuna desde la que presidirían el acto el rey Juan Carlos I, la reina Sofía, la familia real, el presidente del Gobierno Felipe González y el ministro de Defensa Narcís Serra, estuvo a punto de estallar. De haberse producido el atentado, habría sido retransmitido en directo por televisión, con consecuencias devastadoras para la estabilidad del país.

El responsable de evitar aquella catástrofe fue Paco Lerena, alias 'Alejandro', un agente de la Guardia Civil infiltrado en la extrema derecha. Su trabajo fue decisivo para desarticular el complot antes de que se ejecutara. Sin embargo, su hazaña no fue reconocida públicamente, y tras cumplir su misión, fue abandonado por el sistema que lo había utilizado.

Fernando Rueda, periodista especializado en espionaje, relató en el programa El Faro que "nadie ha hecho tanto en una cosa concreta como Lerena". Al agente "le prometieron que cuando acabara esa infiltración le ayudarían. ¿Y qué hicieron? Nada. Le siguieron pagando unos meses y luego lo dejaron tirado", denunció. Rueda también compartió una frase que resume la crudeza del trato institucional: "El que hoy es un activo, mañana es un problema".

Lerena no solo evitó ese atentado. Durante los años 80, tras el intento de golpe de Estado del 23-F, trabajó desde las cloacas del sistema para frenar a grupos que querían instaurar una dictadura militar. Impidió otros ataques, como uno con explosivos contra un autobús de familiares de presos de ETA. Su vida estuvo marcada por el riesgo constante, el anonimato y la traición institucional.

Rueda, que conoció personalmente a Lerena, lo describió como un hombre discreto, alejado del estereotipo del espía glamuroso. "No era alto, no parecía fuerte, no se sentía especial. Había hecho su trabajo y lo contaba con naturalidad", comentó.

Hoy, a 40 años de aquel acto heroico, Paco Lerena sigue siendo un nombre desconocido para la mayoría. Su historia es un símbolo del olvido al que son condenados quienes operan en las sombras por el bien común.