La historia real detrás del lobo más entrañable de Bailando con lobos
Este pequeño truco de producción permitió que el personaje tuviera una presencia coherente y creíble a lo largo del filme

La historia real detrás del lobo más entrañable de Bailando con lobos
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En el cine, hay estrellas que no necesitan palabras para brillar. En Bailando con lobos, la inolvidable película dirigida y protagonizada por Kevin Costner, uno de los personajes más entrañables no fue humano, sino un lobo con una mirada serena y dos patas blancas como la leche.
Para dar vida a Calcetines en pantalla, se utilizaron dos lobos amaestrados: Buck y Teddy. Solo uno de ellos tenía las patas delanteras blancas de forma natural, por lo que al otro hubo que pintárselas cuidadosamente antes de cada toma para mantener la continuidad visual. Este pequeño truco de producción permitió que el personaje tuviera una presencia coherente y creíble a lo largo del filme.
La película, estrenada en 1990, está basada en la novela homónima de Michael Blake, quien también escribió el guion. Aunque la historia no es real, sí se inspira en hechos históricos y en la vida de las tribus Lakota durante la Guerra Civil estadounidense.
El personaje de John Dunbar, interpretado por Costner, representa a un oficial del ejército que, tras ser destinado a un puesto remoto, entabla una profunda relación con una comunidad nativa y con la naturaleza que lo rodea.
El vínculo entre Dunbar y el lobo Calcetines simboliza esa conexión con lo salvaje, con lo puro, con lo que está más allá del mundo civilizado. La escena en la que el lobo se acerca por primera vez al campamento es una de las más recordadas del cine moderno, no solo por su belleza visual, sino por la carga emocional que transmite.
La producción fue un reto en muchos sentidos: se rodó en localizaciones naturales de Dakota del Sur, con un reparto que incluía actores nativos y diálogos en lengua Lakota, algo inusual en Hollywood en ese momento. La autenticidad fue una prioridad, y eso incluyó el trabajo con animales reales, como los lobos, que fueron entrenados durante meses para lograr un comportamiento natural frente a las cámaras.
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“Bailando con lobos”, Santiago Segura y Oscar Hammerstein II
Bailando con lobos ganó siete premios Óscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Director, y fue seleccionada en 2007 para su conservación en el Registro Nacional de Cine de Estados Unidos por su valor cultural e histórico.




