"Holly Golightly era madrileña y no lo sabías": Pepa Salazar reinterpreta a la icónica protagonista como una superviviente castiza

¿Qué tienen en común una dama de la alta sociedad neoyorquina de los años 40 y una joven creativa que sobrevive en el centro de Madrid? Para la diseñadora Pepa Salazar, la respuesta está en Desayuno en Tiffany’s, la novela de Truman Capote que redescubrió gracias al podcast Esta Noche Libro. Durante el episodio, Salazar desmonta el mito de la Holly Golightly cinematográfica y nos invita a mirar al personaje desde una óptica mucho más cercana, urbana y castiza.

"Es una señora que vive en un piso de 40 metros cuadrados", dijo Salazar, “y va vestida de Balenciaga”. Esa imagen, entre lo aspiracional y lo cotidiano, le sirve para trazar un paralelismo con ciertas figuras urbanas de la capital. "No puede pagar la cena, pero ahí está, en el restaurante de moda", continuó, “y cuando llega la cuenta, se levanta y se va al baño".

Durante la conversación, Salazar y Ambrossi desmontan la imagen edulcorada de la película para centrarse en la Holly del libro: una mujer contradictoria, libre, a veces cínica, que se reinventa constantemente para sobrevivir. "Me encantó este libro”, confesó Salazar, "porque retrata mucho más esa cosa de sobrevivir".

Para ella, la historia no es una comedia romántica, sino un retrato de la lucha por encontrar un lugar en el mundo, aunque ese lugar sea efímero o ilusorio. Holly, como muchas personas jóvenes en las grandes ciudades, vive entre la fantasía y la necesidad, entre el deseo de ser alguien y la urgencia de pagar el alquiler. "Quiere ser libre, pero también quiere ser querida”, apuntó Ambrossi, “quiere ser ella misma, pero también quiere encajar".

Uno de los momentos más emotivos del episodio llega cuando se cita una de las frases más icónicas del libro. "No quiero decir que el ser rica y famosa fuera a fastidiarme”", dice Holly, "esas son cosas que ocupan un lugar importante en mis planes, y algún día trataré de conseguirlas; pero, si las consigo, querría seguir gustándome a mí mism".

Con esta reinterpretación, Desayuno en Tiffany’s se convierte en una historia castiza, urbana y profundamente contemporánea. Holly Golightly deja de ser un icono lejano para convertirse en una vecina más del centro de Madrid.