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Cine y TV

"Me han dicho a la cara que no puedo dedicarme al cine": integrar a las personas con discapacidad, el gran reto del audiovisual español

El Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales apunta a que, aunque aumentan ligeramente los personajes discapacitados en las ficciones españolas, no lo hacen los actores discapacitados

Aumenta la representación de la discapacidad en el cine, pero no con actores discapacitados

Madrid

Este martes el Consejo de Ministros ha aprobado multas contra la exposición pública de personas con discapacidad en espectáculos, en plena polémica por la fiesta de cumpleaños de Lamine Yamal, que contrató a personas con acondroplasia. El ministerio de Derechos Sociales pidió a la Fiscalía que investigue si el futbolista ha vulnerado la ley de discapacidad, que prohíbe espectáculos de burla o que denigren a las personas de este colectivo.

En este contexto nos hemos preguntado cuál es el papel de las personas discapacitadas en la pantalla, cómo se representan sus realidades, si es una representación justa o también tiende a estigmatizarla de la mano del humor. El último informe del Observatorio de la Diversidad de los Medios Audiovisuales señala que ha aumentado ligeramente su presencia en el cine español, pero con matices.

Personajes con un impacto positivo como en Buffalo Kids, una producción española que nos presenta a Nick, un niño que sufre una parálisis cerebral y que tiene un rol protagonista. Una excepción, según nos explica Paula Serna, directora de investigación del Observatorio. "Hay una supeditación de la trama al personaje sin discapacidad, y encontramos en un segundo plano al personaje con discapacidad. Es una persona que ayuda al protagonista, le refuerza, pero no tiene un rol central, no encontramos protagonistas", asegura Serna.

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A partir del análisis de una muestra de 102 películas y 79 temporadas de 78 series, la organización ha observado que muchas de las ficciones abordan la discapacidad desde el humor, que no es un problema en sí mismo, pero a menudo parten de premisas alejadas de la realidad. Serna pone como ejemplo Cuerpo Escombro, protagonizada por Dani Rovira, que da vida a un hombre que finge tener una discapacidad para acceder a un trabajo. "Si se hubiera contado con personas con discapacidad, sabrían que esta premisa, por muy cómica que sea, es muy falsa. Sin embargo, te da la impresión de que esto funciona así".

En 2024 los personajes con discapacidad pasaron de un 2,9% del total del cine español a un 3,2%. Sube ligeramente, pero no lo hace de la mano de actores discapacitados. "Es una cosa que se demanda desde los círculos de personas con discapacidad, que esto no puede seguir ocurriendo. Si los pocos puestos a los que se supone que sí que pueden acceder, tampoco les dejan, pues es donde encontramos un gran problema", apunta Paula Serna, que señala también otra problemática: la falta de participación detrás de las cámaras, en el proceso de escribir sus propias historias.

"Ya no solamente es la posibilidad de trabajar, que también, sino la posibilidad de contarse, de crear imaginarios que no sean desde la mirada capacitista", critica Serna. Contar sus propias historias es justo lo que reivindica Carlos Puig Mundó. Él nació con una discapacidad visual grave llamada Nistagmus, que le provoca que su pupila esté en constante movimiento. Pero esto no le impidió estudiar cine y lanzarse a dirigir cortometrajes. "Hay gente que me lo ha dicho la cara, que no me puedo dedicar al cine por la discapacidad" lamenta Puig.

Además de dirigir, Puig también se puso delante de la cámara, para ser él quien diera vida a esas historias. "Yo me lancé un poco, dije: voy a actuar y dirigir. Mi objetivo es dar visibilidad, transmitir lo que yo he vivido e intentar que, con lo que hago yo en el cine, la gente que venga después pueda vivirlo mejor". Una de esas experiencias que suponen una realidad habitual para las personas con discapacidad es la dificultad para acceder al mercado laboral, y así lo reflejó en su cortometraje 'Ser o no ser'. "A veces es muy bueno que la misma persona se ponga delante de cámara y explique su historia, así que yo me tenía que exponer", reconoce Puig.

Desde el observatorio, además, ponen el foco en otro de los grandes retos de este colectivo en la industria: la accesibilidad. "Ya no es solo participar, es que consumirlo es inaccesible, porque no hay subtítulos, las salas no están adaptadas" explica Serna. Para Puig se trata de un problema de empatía y de educación. "Una persona ciega puede dirigir, es cuestión de adaptar el espacio de trabajo. Yo a lo mejor no puedo trabajar con un monitor de siete pulgadas y tengo que trabajar un monitor un poco más grande", explica Puig. "Pequeñas barreras", señala Serna, presentes en todo el proceso creativo, que "acaba derivando en que no haya cine o series de ello", lamenta.

Con todo, el observatorio es optimista y asegura que en los últimos años las personas discapacitadas del sector se han organizado para exigir estos cambios, y cree que esto puede provocar una evolución en el cine para que la discapacidad no suponga una limitación a la creatividad.