El lenguaje de los incendios forestales: de los distintos niveles a las fases del fuego
La llegada del verano y las altas temperaturas trae consigo la aparición y evolución de incendios que, en ocasiones, pueden arrasar con cientos o miles de hectáreas

Efectivos luchan contra las llamas del incendio forestal declarado en el término municipal de Navaluenga (Ávila), este sábado. / RAÚL SANCHIDRIÁN (EFE)

Madrid
España lleva oficialmente apenas un mes de verano, pero el calor extremo y las condiciones meteorológicas desfavorables, como el aumento de la humedad y el viento, han traído consigo la aparición de numerosos incendios, en su mayoría de carácter forestal.
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Incendios para los que se han movilizado decenas de equipos de emergencia, como bomberos o personal de la UME, y que, en determinados casos, han implicado también el confinamiento de poblaciones. Con ellos no solo llega el riesgo por la propagación y empeoramiento del fuego, sino también la confusión a la hora de determinar la gravedad de dichos incendios.
Y es que son varios los niveles en los que se pueden clasificar estos fenómenos, así como las fases en las que puede terminar desarrollándose. Desde los fuegos de nivel 0 a aquellos más virulentos, pasando por los incendios activos o extinguidos.
Cuatro niveles para determinar la gravedad de un incendio forestal
Tal y como se puede leer en la "Directriz básica de planificación de protección civil de emergencia por incendios forestales" del BOE, España cuenta con cuatro distintos niveles de riesgo en un incendio forestal. Si bien los tres primeros dependen de las comunidades autónomas, el último y de mayor gravedad pasa a estar gestionado por el Estado.
En este sentido, la situación 0 se traduce en un escenario de emergencia "provocado por uno o varios incendios forestales" que pueden afectar tan solo a "bienes de naturaleza forestal" y que, además, "pueden ser controlados con los medios" de cada comunidad autónoma.
El nivel o situación 1, por tanto, pasaría a ser el grado siguiente de alarma, caracterizado por una situación de incendio que "puede afectar gravemente a bienes forestales y levemente a la población y bienes de naturaleza no forestal". Un nivel en el que, aún así, también se puede controlar el fuego "con los medios y recursos del plan de cada comunidad autónoma".
Inmediatamente después de estos dos niveles estaría la situación 2 en la que, sumando lo anterior, se añade la diferencia de que "se exige la adopción inmediata de medidas de protección y socorro" en el que se puede solicitar la incorporación de medios extraordinarios.
Finalmente, el nivel o situación 3, aquel en el que ya pasa a tomar el control el Estado, se debe a una "situación de emergencia correspondiente a la declaración de emergencia de interés nacional" por parte del ministro del Interior.
Las distintas fases de un fuego
De igual forma, y así como existen esos distintos niveles de peligrosidad, se establecen también varias fases del fuego, en función de la virulencia y el control que se tenga sobre el propio incendio.
En este sentido, una vez se declara la existencia de un incendio, este pasa a estar en fase activa debido al riesgo de extensión sin control o sin previsión de ser controlado. Cuando dicho fuego sigue activo, pero ya con la previsión de que se detenga su avance, los equipos lo pasan a una fase de estabilización.
Decimos, por tanto, que un incendio pasa a estar controlado o en fase de control cuando, a pesar de que sigan habiendo posibilidades de reactivación, no tiene más frentes activos en ese momento. Finalmente, las autoridades y equipos de emergencia dan por extinguido un incendio cuando ya no existe material de ignición en el perímetro establecido y tampoco hay previsión de reactivación del fuego.




