¿Por qué no nos salen canas en el vello corporal?
Andreu Buenafuente y Berto Romero han intentado responder a la pregunta y han terminado soñando con un imposible

¿Por qué no nos salen canas en el vello corporal?
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Madrid
Berto Romero y Andreu Buenafuente son personajes muy peculiares y, en el Nadie Sabe Nada, han desarrollado un fandom igual o incluso más loco que ellos. La prueba son la multitud de cartas que llegan a los cómicos en cada programa y que cuentan, preguntan o desvelan cosas de todo tipo. En esta ocasión, la pregunta ha girado en torno a las canas y, como no podía ser de otra manera, los catalanes, como siempre, tenían la respuesta.
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Tony escribió al programa para preguntar a Buenafuente y Berto: "¿Por qué salen canas en la cabeza, la barba, los sobacos, la zona genital... pero, en cambio, no salen en las piernas ni en los brazos?". Al recibir esta cuestión, lo primero que hicieron los cómicos fue comprobar si esta persona tenía razón y hacer lo que viene siendo una inspección ocular de sus propios cuerpos.
"Estamos ahora comprobando. En mi caso es complicado porque no tengo mucho pelo, mucho vello...", relataba Buenafuente, que en ese preciso instante se dio cuenta de la clave. Y es que, según el cómico, el pelo y el vello no son lo mismo y funcionan de manera totalmente diferente.
Buenafuente sostenía que si "tienes las piernas peludas como el muñeco de un ventrílocuo —que hay gente que las tiene—", es ya otra historia. "Si es un pelo gordo, sí que coge cana, pero si es vello, no coge cana", decía convencido el de Reus, ante la actitud dubitativa de Berto, que optó por vaticinar el futuro de sus pelos.
El sueño conjunto de Berto y Buenafuente: una melena nívea
"En dos años voy a tener el pelo blanco, todo, todo blanco", admitía Berto, a quien Buenafuente le transmitió que eso es algo que iba a molar, que estarían los "dos con el pelo blanco como los abuelos de los Muppets". El de Reus iba incluso más allá y manifestó sus ganas de tener "no el pelo blanco, sino níveo".
"Esos abuelos con un pelazo blanco", imaginaba Buenafuente, a quien Berto le espetó que, en realidad, lo que realmente le gustaría sería tener una buena melena, sin importar el color. Finalmente, ambos coincidieron en que un buen pelo, del todo blanco, "estaría guapísimo", pero luego la vida, tristemente, "hace tuttifrutti".





