El peligroso plan de Peter Thiel, el próximo gran "supervillano" que viene: "La democracia es un experimento fallido"

Madrid

Peter Thiel es considerado por muchos como el próximo gran supervillano de Silicon Valley. Un empresario nacido en Alemania, pero afincado en Estados Unidos desde hace ya muchos años, que está estrechamente ligado a algunas de las tecnológicas más importantes a nivel global. Fundó PayPal junto a Elon Musk, fue uno de los primeros inversores de la red social Facebook y actualmente dirige Palantir, considerado por muchos como el mayor aparato de vigilancia digital de la historia. Una serie de movimientos que le han permitido colarse entre las personas más ricas del planeta y utilizar todo este dinero para tratar de moldear el mundo a su imagen y semejanza.

¿Pero quién es la persona que se esconde detrás de este personaje? La Cadena SER ha estrenado esta semana Cibermillonarios. Un nuevo programa, dirigido por Eva Cruz y Jaime García Cantero, en el que conocemos más sobre algunos de los hombres más ricos del planeta y sus intenciones. Y el formato no podía comenzar con otra persona que no fuera Peter Thiel, sin duda alguna uno de los personajes más oscuros de la historia reciente de Estados Unidos. Un empresario que asegura que la democracia es un experimento fallido desde hace ya varias décadas y que aboga por un sistema completamente nuevo que derroque al actual.

Una democracia vista para sentencia

Bajo su punto de vista, la democracia está vista para sentencia desde hace cerca de un siglo, cuando se dejó votar tanto a las mujeres como a la gente de clase baja: "Ya no creo que la libertad y la democracia sean compatibles. Desde 1920, el aumento masivo de los beneficiarios del estado de bienestar y la extensión del derecho al voto a las mujeres, dos grupos notoriamente difíciles para los libertarios, han convertido la noción de 'democracia capitalista' en un oxímoron". De ahí que considere que el sistema esté caduco y que haya que implantar uno nuevo a toda costa.

Episodio 1: Peter Thiel, el profeta tecnolibertario

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Unas ideas que ha ido inculcando a más y más personas a base de talonario y que ha provocado que sean cada vez más las personas que desconfíen de la democracia, tal y como la conocemos: "Yo creo que estamos asistiendo a un cambio de época. Hasta hace relativamente poco había una discusión legítima entre los partidarios entre un poco más de regulación y los de un poco más de innovación y libertad. Es la vieja discusión entre socialdemócratas y liberales conservadores. Estado/Mercado. En ese marco nos habíamos desenvuelto y nos habíamos peleado mucho y, a veces, intensamente porque no tenemos la misma visión del mundo".

El tecnofeudalismo

El problema es que personalidades como Peter Thiel quieren provocar que todo salte por los aires: "La nueva extrema derecha y los nuevos ultrarricos y tecnofeudales se han salido completamente de ese marco de juego. Luego hay otra cosa que es el hecho de que habíamos pensado que la tecnología iba a facilitar el desarrollo económico, la democratización, los derechos humanos... creíamos que todo eso iba la mano. Pero es un supuesto que ahora mismo se ha visto como muy débil. La expresión más ilustradora de esta falta de convergencia entre lo económico, lo político y lo social es la expresión tecnofeudalismo".

Es decir, este modelo plantea que haya personas tremendamente avanzadas en lo tecnológico que, simultáneamente, ejerzan formas de poder tribales y muy rudimentarias: "Thiel ha dicho reiteradamente que la democracia es un experimento fallido y es verdad, como bien dices, que hay mucha gente en la parte intelectual en esta ilustración oscura que dice cosas parecidas. La gran diferencia es que Thiel ha construido una herramienta para conseguirlo y desarrollando herramientas prácticas cada vez más preocupantes que le van a obligar a tener la razón".

Todo ello porque, a través de plataformas como Palantir, gobiernos como el de Estados Unidos va a poder tanto vigilar como controlar los móviles de la ciudadanía sin que estos les hayan otorgado poder alguno: "Ya no hace falta que cliques, no hace falta que te equivoques y me des tus datos, yo ya soy capaz, como una fuerza superior, de controlarte y convertirte en un zombi más de mi vigilancia, de mi manipulación o incluso de estas guerras cognitivas que vamos a empezar a ver". Por lo tanto, el tecnofeudalismo trata de alzarse como una alternativa a la democracia en la que las grandes plataformas tecnológicas actúan como nuevos señores feudales, acumulando poder sin rendir cuentas y controlando datos, infraestructuras y decisiones colectivas sin tener en cuenta a la ciudadanía.