Sastre no puede ocultar su incredulidad cuando un arquitecto afirma que "Madrid es una ciudad mediterránea"

El arquitecto Carlos Lamela, una de las figuras más reconocidas del panorama arquitectónico español, sorprendió este martes en Hoy por Hoy con una afirmación que descolocó incluso al propio Jose Luis Sastre: "Madrid es una ciudad mediterránea". Lo dijo mientras observaba el paisaje urbano desde las alturas de la Gran Vía.

"Es curioso, yo ahora mismo veo una ciudad entrañable, desordenada…", comenzó Lamela, mientras describía lo que tenía ante sus ojos. "Podía ser una ciudad árabe, como Tetuán, por ejemplo. Por las terrazas planas, por el blanco, algo de teja". Para el arquitecto, la clave está en cómo cambia Madrid cuando se observa desde arriba: "No tiene nada que ver cuando la vemos desde esta altura, que cuando la vemos desde el nivel del peatón, cambia muchísimo".

Lamela defendió su tesis con una comparación que, aunque pueda parecer provocadora, tiene base en la morfología urbana: "Las ciudades mediterráneas son desordenadas, tienen terrazas planas y predomina el blanco. En Madrid predomina el blanco y la teja. Además, se ven muchísimas cubiertas de pizarra, pequeños elementos de coronación de iglesias…".

Desde la terraza de la emisora, Lamela reflexionó también sobre la verticalidad —o la falta de ella— en el skyline madrileño: "Estamos en la Gran Vía, que se hizo en los años 20 y fue la eclosión de los rascacielos. Pero vemos pocos edificios en altura. Vemos las Torres Colón, AZCA muy a lo lejos y el edificio Telefónica, que fue el más alto de Europa cuando se construyó".

El arquitecto recordó además un dato poco conocido: "Madrid, que no es una ciudad de edificios altos, tuvo durante muchos años el edificio de estructura de hormigón más alto del mundo, en la Plaza de España".

La afirmación de que Madrid es mediterránea provocó una reacción inmediata de José Luis Sastre, que no pudo ocultar su incredulidad. Pero Lamela insistió: "Madrid no es mediterránea, pero desde esta altura lo parece totalmente".

Más allá de la geografía, lo que Lamela propone es una mirada distinta sobre la ciudad, una que se aleja del tópico de la capital castellana y se acerca a una identidad más luminosa, caótica y abierta.