Una española en Copenhague explica cómo es vivir en la ciudad más feliz del mundo: hay una gran diferencia respecto a España

Madrid

Hace ya varios meses, concretamente en mayo, el Instituto de Calidad de vida de Londres publicaba su Índice de Ciudades Felices 2025. Un informe, para el que se tuvieron en cuenta criterios como la movilidad, la economía, las políticas que gobiernan en la ciudad e incluso el nivel de salud de los ciudadanos que la residen, que establece que Copenhague (Dinamarca) es la ciudad más feliz del mundo por delante de otras como Zúrich (Suiza) y Singapur. Todo ello por su alto nivel de vida, por su sostenibilidad y por su gobernanza eficiente, sobresaliendo en áreas como salud, educación, movilidad verde y participación ciudadana.

Mientras tanto, las ciudades españolas se quedan demasiado lejos de los primeros puestos. Para dar con la ciudad más feliz de toda España tenemos que descender hasta la posición número 22 del ranking, donde nos encontramos con Barcelona. Tras esta primera ciudad española tan solo encontramos otras tres entre las cien primeras: Bilbao, en el número 52, Zaragoza, en el 82 y Valencia, en el 96. ¿Qué es lo que tiene esta ciudad para ser la más feliz del mundo y en qué se diferencia a las ciudades españolas?

Las bondades de Dinamarca

Para resolver a esta pregunta contamos con Marta Pastur, una española que lleva ya varios años viviendo en Copenhague y que sabe de primera mano por qué es una ciudad tan especial. Bajo su punto de vista, la ciudad ofrece muchas posibilidades para tener una estabilidad, que es algo que va de la mano de la felicidad: "Dinamarca te ofrece una mayor flexibilidad en el trabajo y una mayor conciliación familiar".

Primer vuelo a... Copenhague

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Pero no solo eso. Tal y como recoge la protagonista de esta historia, trabajar en Copenhague también te garantiza una estabilidad económica: "Al final todo esto te permite tener una familia y dedicarle tiempo tanto a tu crecimiento personal como al de tus hijos. Entonces yo creo que esto influye bastante en que se puede tener una calidad de vida y que no haya como grandes sorpresas y esto va de la mano de ser feliz".

Cómo es trabajar en Copenhague

En su caso, Marta dirige una academia de español dirigida a los má pequeños y lo cierto es que no podría ser más feliz: "Yo dirijo mi academia de español que se llama Pollitos y bueno, me dedico a mantener la lengua viva en los niños, ¿no? Sobre todo hijos de españoles y latinoamericanos que han viajado a Copenhague y que han formado aquí su familia".

De esta manera, la profesora les ayuda tanto a aprender su idioma como a que se integren con otros niños y niñas que pasan por su misma situación. Porque entiende que puede no ser fácil al principio, pero que con el paso del tiempo acaba siendo muy gratificante: "Entonces los peques van a la guardería danesa, hablan muy bien danés, pero necesitan un refuerzo en el español. Necesitan eso y también no sentirse diferentes, ver que hay otros niños, otras familias, que son hispanohablantes y que es un regalo poder ser bilingüe y tener dos culturas y empaparse de todo esto".