Así nace un bulo racista
Las redes y los canales privados de ultraderecha se llenaron de noticias falsas, sin confirmar o modificadas intencionalmente para generar más odio y alimentar las cacerías racistas en Torre-Pacheco y otras localidades

Así comienzan los bulos xenófobos
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Es viernes por la noche. 11 de julio. En las calles del barrio de San Antonio de Torre-Pacheco, donde vive gran parte de la comunidad árabe del municipio, todavía no ha pasado nada. Faltan veinticuatro horas para que grupos de ultraderecha recorran las calle gritando consignas xenófobas, amenazando a migrantes y golpeando las puertas de las casas y los coches con total impunidad.
Las imágenes del hombre agredido, Domingo, supuestamente por unos chicos magrebíes ya han dado la vuelta a España y el mundo. Y eso ha alimentado que en la concentración contra la violencia un grupo de ultras y vecinos haya agredido a un chico cuyo padre es árabe que se había presentado allí pacíficamente.
Pero las redes de la ultraderecha necesitan más agitación que la realidad. Casi las diez en punto, como si hubieran ensayado una coreografía, varios canales de Telegram vinculados a agitadores de extrema derecha difunden el mismo mensaje:
“Nueva agresión de extranjeros a plena luz del día en la avenida Filipinas de El Algar.”
No hay diferencias en el texto. Todos mencionan el mismo lugar: El Algar, un pequeño pueblo cartagenero a pocos kilómetros de Torre Pacheco, en la Región de Murcia. La estrategia es clara: generar alarma, crear la percepción de un enemigo común. La imagen que acompaña la publicación es -otra vez- muy descriptiva: un hombre con la cara ensangrentada. No se ve el momento del supuesto ataque, solo el resultado. Pero con esa imagen es más que suficiente.
En apenas minutos, la publicación de Telegram se viraliza y ya la vemos por varias redes sociales. A las 22:18, ligada a uno de los más conocidos propagandistas ultras ya ha acumulado más de 14.000 reacciones y comentarios racistas y alentando a la cacería.
El contenido comienza a extenderse: cuentas falsas, bots, influencers de ultraderecha, páginas con miles de seguidores. El mensaje se multiplica y cada vez se le añade más dramatismo, más rabia. Empiezan a unírsele hashtag conocidos como #deportthemnow o #stopinmigración
Y a los pocos minutos aparece un video que "prueba" la agresión. seis segundos. Breve y confuso. Se ve al mismo hombre, herido, sentándose en una silla, pero no se oye nada, no se ve a los agresores, no hay contexto. Solo la imagen poderosa del hombre ensangrentado que es la que sostiene el relato.
Debajo este texto:
“Me mandan este video de El Algar, muy cerca de Torre Pacheco”.
Lo publica uno de los influencers más activos del movimiento.
“Desconozco a los autores de la paliza a este señor, pero pronto lo sabremos”
En cuestión de minutos, el contenido se vuelve a multiplicar de forma viral. Y además se le van añadiendo datos falsos: por ejemplo, una supuesta frase textual del herido:
“Me han atacado dos marroquíes.”
La realidad, sin embargo, es otra. La Guardia Civil y la Policía Local de Cartagena desmienten la historia. El video corresponde a la caída accidental de un hombre probablemente en estado de embriaguez.
Pero ya da igual. El sábado, las calles del barrio de San Antonio se llenan de odio. Un odio construido, paso a paso, mensaje a mensaje. Una operación perfectamente engrasada de propaganda digital.
Dos semanas después, a pesar de los desmentidos oficiales, el video sigue circulando en redes como prueba irrefutable de una agresión que nunca ocurrió.

Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...




