Sociedad

"Es bueno que casos como el de Núñez salgan a la luz y haya más controles": un experto explica los límites de la mentira en política

El psicobiólogo José María Martínez Selva ha analizado las razones por las que mentimos y los límites sociales de la deshonestidad

La Ventana a las 16h | Los límites morales y sociales de la mentira

Madrid

La polémica en torno a la diputada del Partido Popular Noelia Núñez ha abierto de nuevo el debate sobre la magnitud de la verdad —y la mentira— en el ámbito político y público. Ayer se supo que Núñez, quien actualmente ocupa un escaño en el Congreso y forma parte del Comité de Dirección del PP, no ha finalizado sus estudios de Derecho y Ciencias Jurídicas de las Administraciones Públicas, pese a que así figuraba en su ficha oficial del Congreso.

La propia diputada ha reconocido el error y lo ha atribuido a una "equivocación". Núñez ha explicado que sus responsabilidades políticas, iniciadas en 2015 en el Ayuntamiento de Fuenlabrada, y continuadas en la Asamblea de Madrid y ahora en el Congreso, le han impedido terminar su carrera por falta de tiempo.

Pero este caso, más allá de la corrección formal de una ficha personal, plantea una cuestión más profunda: ¿por qué mentimos? ¿Dónde ponemos los límites como sociedad, especialmente cuando se trata de cargos públicos cuya legitimidad depende, en buena parte, de la confianza?

Para reflexionar sobre estas preguntas, Marta del Vado ha hablado en La Ventana con José María Martínez Selva, catedrático de Psicobiología en la Universidad de Murcia y autor del reciente libro La nueva ciencia de la mentira (ed. Paidós, 2024). Martínez Selva es uno de los mayores expertos en España en el estudio psicológico y fisiológico del engaño.

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Según el profesor, no todas las mentiras son iguales. "Hay muchos tipos de mentiras. Las piadosas, que buscan no hacer daño. También de protección, en la que ocultamos problemas de salud, por ejemplo. El autoengaño. Son las consecuencias del contexto las que dictaminen si una mentira es mala o malísima", ha comenzado diciendo.

Martínez Selva identifica que la mentira puede llegar a incrustarse en la verdad de la persona que la enarbola durante mucho tiempo. "El autoengaño es necesario en algunos momentos. Es un problema cuando te lo empiezas a creer. Y más grave es la incapacidad de aprender de los errores, atribuir todo a los demás o al azar. Todos conocemos a alguien que se cree a si mismo, que vive en una burbuja. A veces es difícil discernir cuando el mentiroso se cree sus propias mentiras y cuando no", ha explicado.

Sobre los límites morales de la mentira, el especialista señala que cada persona establece sus propios límites, pero advierte que como sociedad deberíamos reaccionar cuando las mentiras tienen efectos perjudiciales. "El límite es el número de personas afectadas. Por otra parte, también las consecuencias del daño que puedes causar, o el bien que puedes evitar. Sociedades como la mediterránea tenemos más tolerancia a la mentira que otras como las calvinistas", ha contado Martínez.

En el caso de Noelia Núñez, Martínez Selva considera que su mentira puede deberse a dos factores principales. "Espero que no, pero una razón puede ser la mala fe. Lo más frecuente es que sea ingenuidad y no darse cuenta de que va a saberse todo. Y más en esta sociedad en la que estamos expuestos. Y sobre todo, en una representante. Creo que es bueno que estos casos salgan a la luz y haya más controles", ha explicado el psicobiólogo.

Además, ha añadido que hay una ambigüedad en el lenguaje que permite que se pueda engañar o nos engañemos. "Se puede decir «tengo estudios en esto» o «estudié esto otro». Pero si las verdades que has incluido son para engañar, son mentiras malas", ha afirmado.

El catedrático recuerda que mentimos con frecuencia para dar una buena imagen. "A todos nos gusta ser honestos y que nos vean como personas honestas. La educación y la cultura tienen su papel: si hay más conocimiento público y denuncia de las grandes mentiras, seremos más exigentes con lo que hacemos", ha explicado.

También ha advertido sobre los desafíos tecnológicos actuales. Aunque la inteligencia artificial y nuevas herramientas digitales se usas para detectar 'fake news', también pueden utilizarse para generar mentiras cada vez más sofisticadas. "La oferta de información que recibimos es cada vez mayor. Parece que hay más periodistas trabajando en gabinetes de comunicación que verificando y comprobando noticias. Yuval Noah Harari dice que cada vez va a costar más tiempo y esfuerzo saber si lo que leemos y vemos es verdad. Las campañas políticas tienen una duración permanente, por ejemplo. Necesitamos que haya más instituciones independientes, medios, universidades, que colaboren en esto. También hay que fomentar el espíritu crítico. No difundir una noticia porque te ha gustado sin darle una vuelta", ha relatado.

Álvaro García-Dotor

Periodista cultural. Redactor en La Ventana.