¿En qué consiste el acuerdo comercial alcanzado entre Estados Unidos y la Unión Europea?

Madrid

Estados Unidos y la Unión Europea han alcanzado un acuerdo comercial que marca un punto de inflexión en sus relaciones económicas. El pacto, anunciado tras una reunión entre el presidente estadounidense Donald Trump y la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, celebrada en Escocia, ponen fin a las tensiones arancelarias después de varios.

Aumento de la inversión europea en Estados Unidos

Como parte del acuerdo, la Unión Europea se compromete a comprar 750.000 millones de dólares en energía estadounidense, incluyendo gas natural licuado y combustible nuclear, con el objetivo de diversificar sus fuentes de suministro y reducir su dependencia del gas y petróleo rusos. Además, se ha acordado una inversión adicional de 600.000 millones de dólares por parte de la UE en Estados Unidos, lo que refuerza los lazos económicos y financieros entre ambos bloques.

Uno de los elementos más destacados del pacto es la imposición de un arancel único del 15 % para la mayoría de las exportaciones europeas a Estados Unidos, una cifra que representa una rebaja significativa frente al 30 % que Trump había amenazado imponer. Este arancel afectará a sectores clave como el automovilístico, los semiconductores y los productos farmacéuticos, pero se ha establecido como un límite máximo, lo que garantiza que no habrá una escalada arancelaria posterior.

Algunos productos tendrán aranceles cero

Paralelamente, se ha acordado un régimen de arancel cero en sectores estratégicos como la aeronáutica, determinados productos químicos, medicamentos genéricos, equipos de semiconductores, algunos productos agrícolas y materias primas esenciales, lo que supone una ventaja competitiva para las industrias europeas más innovadoras.

Este acuerdo no solo evita una guerra comercial inminente, sino que también aporta estabilidad y previsibilidad a las relaciones transatlánticas. Para Europa, representa una oportunidad para fortalecer su seguridad energética, proteger sectores industriales clave y mantener el acceso al mercado estadounidense en condiciones más favorables que las previstas inicialmente.

Pero también implica ciertos desafíos, como el coste potencialmente más elevado de la energía importada desde EE. UU. y una mayor dependencia económica del país norteamericano. Aun así, tanto Von der Leyen como Trump han calificado el pacto como un gran acuerdo que resuelve numerosos problemas y abre una nueva etapa en la cooperación económica entre ambas potencias.