La decisión de Gaudí que explica el largo proceso de construcción de la Sagrada Familia: "Fue valiente e innovador"

La Sagrada Familia es el monumento más visitado de España. En el año 2024, recibió 4,8 millones de visitantes, un 2,7% más que el año anterior, por delante de la Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar en Zaragoza y la Alhambra de Granada. Situada en la ciudad de Barcelona, la basílica católica comenzó su construcción en 1882 y, a pesar de ser ya todo un icono de la arquitectura modernista mundial, esta aún no ha finalizado, más de 140 años después.

Antoni Gaudí es el arquitecto detrás del diseño de la Sagrada Familia, tal y como la conocemos en la actualidad, pero esta fue ideada inicialmente por el arquitecto murciano Francisco de Paula del Villar y Lozano. Villar concibió un proyecto neogótico, del que, sin embargo, solo se construyó parte de la cripta, antes de que el proyecto fuese encargado a Gaudí, convirtiéndolo en su obra maestra.

En la Escuela de verano de Hora 25, Pablo Tallón y Fernando Moraño charlan con María José Peñalver, decana del Colegio de arquitectos de Murcia, sobre la importancia de la Sagrada Familia en la historia de la arquitectura y por qué se está tardando tanto tiempo en finalizar. La arquitecta señala que se trata de un monumento catedralicio "único" gracias a la innovación del un joven Gaudí cuando asumió el proyecto.

Peñalver señala que, probablemente, el propio catalán sabía que el proceso de construcción sería muy largo, debido a su "peculiar" diseño, que pretendía romper con todo lo que había. "No se hizo de cimientos para arriba, como en pequeñas láminas y de manera sincronizada, sino que, también para que la sociedad no se desanimara, una vez que estaban los cimientos empezó como por las fachadas. Eso no es muy habitual", decía.

Con esta técnica, explica la experta, Antoni Gaudí pretendía enseñar a la sociedad catalana que "algo se estaba visibilizando". Aun así, factores socioeconómicos, políticos, la disposición de materiales o incluso la mano de obra también han influido en el alargamiento del proceso. "Un monumento de este tipo no se hace de la noche a la mañana", señalaba, recordando que otras obras arquitectónicas como la Catedral de Milán se construyeron en más de 500 años.