Robles pide respeto al Supremo y a la presunción de inocencia y cree que corresponde al fiscal general la decisión de dimitir

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha pedido este miércoles respeto al Tribunal Supremo ante el juicio al que someterá al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, pero también a la presunción de inocencia de este. Además, ha rechazado pronunciarse sobre si el fiscal debe dimitir o no, porque esta decisión es de índole "personal", ha indicado.

Robles se pronunció de esta manera al preguntarle los medios de comunicación al respecto durante el acto de homenaje en honor a los Caballeros Legionarios Paracaidistas fallecidos en acto de servicio en 2007 en Khian (Líbano), un evento que tuvo lugar en la Base Príncipe de Paracuellos del Jarama (Madrid).

Sobre si García Ortiz debe dimitir, que fue la pregunta directa que le lanzaron los periodistas, la ministra constató que "las dimisiones son siempre una cuestión personal" y que "cada uno tiene que saber en función de su responsabilidad lo que tiene que hacer en cada momento". "Por tanto", prosiguió, "yo no soy quién para decirle al fiscal general del Estado lo que tiene que hacer. Yo creo que ahora es el momento de dejar trabajar al Tribunal Supremo, tener plena confianza en el Tribunal Supremo y en las instituciones".

Más tarde, certificó también que "la ley no prevé expresamente un supuesto de dimisión en este caso concreto", es decir, que "el fiscal general del Estado, en su regulación, no tiene un supuesto especial ni de renuncia ni de dimisión en estos casos", y, por tanto llamó a confiar en el procedimiento judicial, "y que sea el fiscal general del Estado el que tome la decisión que él considere que es más oportuna de cara a la institución".

Ahora bien, "como jurista" quiso recalcar "el principio de presunción de inocencia", de forma que "todos los ciudadanos españoles somos inocentes hasta que no haya una sentencia firme condenatoria", y precisó: "Incluido el fiscal general del Estado". Por eso advirtió de que se están "haciendo muchos juicios de valor", cuando todavía no hay sentencias firmes; esas sí, "hay que respetarlas, acatarlas siempre".