"El castigo por no ser bella es mayor para las mujeres": una experta desmonta la presión estética
La especialista en maternidad Diana Oliver ha reflexionado sobre la presión estética desde la infancia

A que voy yo y lo encuentro | Cuerpos reales, no perfectos
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Madrid
El bombardeo constante de cuerpos idealizados en redes sociales tiene un gran impacto, no solo en personas adultas, sino también en niños, niñas y adolescentes.
Ese canon estético, inalcanzable para la mayoría, genera frustración y complejos que pueden durar toda la vida. Y esta presión empieza muy temprano, alimentada no solo por las redes, sino también por la familia, la publicidad, el cine y los medios, dentro de un entorno que impone una imagen corporal socialmente aceptada.
"Empezamos a sentir vergüenza de nuestro cuerpo desde el mismo minuto en que nacemos. Crecemos rodeadas de discursos que nos educan y que, por desgracia, escuchamos desde que ponemos un pie en este mundo", ha comenzado diciendo en La Ventana la periodista Diana Oliver, especializada en maternidad e infancia y autora del ensayo Maternidades precarias.
A lo largo de su intervención, Oliver ha reflexionado sobre el origen y el impacto de estas presiones. "La industria de belleza es una de las más rentables que existen, y educarnos en el culto a la belleza asegura su supervivencia", ha señalado, subrayando cómo estos mensajes están diseñados para sostener un sistema económico muy poderoso.
Respecto a cuándo comienza a surgir esta preocupación por la imagen, ha advertido: "No hay una edad concreta en la que un niño o una niña empiece a desarrollar este malestar, pero sí es cierto que la adolescencia es un momento especialmente delicado".
Aun así, ha recalcado que el entorno no siempre ofrece un refugio alternativo: "A pesar de que crecemos rodeadas de cuerpos reales, el peso del discurso dominante es tan fuerte que invalida todo lo demás. Estamos expuestas a la realidad, pero no nos la creemos", ha explicado.
Finalmente, Oliver ha apuntado que el impacto de estos discursos no es neutral: "Sigue recayendo mayoritariamente en las mujeres. Mientras que la validación masculina pasa por el dinero y el sexo, la femenina sigue asociada al amor, la belleza y el cuidado. Y, además, el castigo que recibimos por alejarnos de esos ideales es mucho mayor".




