Las aventuras de Lola Flores, Carmen Sevilla y Sara Montiel en Italia: "El Papa la recibió en su boda"

Madrid

Antes de que Hollywood fuera la meca del cine y el lugar al que ir para quien soñara con labrarse una carrera como actor o como actriz, los artistas españoles veían en Italia muchas más posibilidades. Lidia García, investigadora y autora del pódcast ¡Ay, campaneras!, parte de esa idea en el libro Tarantela sevillana y recorre los pasos de Lola Flores, Carmen Sevilla y Sara Montiel al otro lado del Mediterráneo. Si las tres estrellas acostumbraban a protagonizar momentos imborrables y a dejar frases para la historia, en Italia hicieron lo mismo con anécdotas a la altura de sus curriculums.

Las coproducciones cinematógraficas entre los dos países vivían un buen momento y fueron la principal razón del aterrizaje de nuestras divas en Italia, algunos ejemplos son: La violetera, La venganza, Pan, Amor y Andalucía, etc. Todas producciones hispanoitalianas que las acercaban al cine internacional. "Los italianos las veían como verdaderas estrellas, sobre todo a Sara Montiel que era recibida como Sophia Loren y Ava Gardner", cuenta García. Allí también podían alejarse de la censura franquista, la investigadora destaca la película Europa di notte "donde aparecen vedettes, strippers, una artista abiertamente trans, y ahí en medio estaba Carmen Sevilla lejos de la imagen de recatada que tenía en España".

Una de las reliquias que encontró García durante su investigación es una foto de Lola Flores junto con Paquita Rico, Orson Welles y Cesáreo González: "Me emocionó mucho porque sale en bikini y es del año 51, una época muy temprana para llevarlo. Luego, como tenía que volver a la España de Franco le hicieron un retrophotoshop para convertirlo en un vestidito". Si bien por lo que se recuerda de verdad a Lola Flores es por su amistad con Raffaella Carrà que dio para actuaciones de infarto. Y por ir mañana y noche vestida de gitana, "era poner un pie en el Festival de Venecia y a la pobre no le dejaban quitárselo".

La vinculación de Sara Montiel va un paso más allá porque llegó a casarse en Roma. Acababa de divorciarse del productor estadounidense Anthony Mann, con el que se casó por lo civil, y se quiso volver a casar con José Vicente Ramírez Olalla por la Iglesia. Para el franquismo eso no podía hacerse en España porque estaba divorciada, así que le organizaron una boda en la capital italiana. "La crónica de la boda es enorme: el Papa la recibió, le dejó unas flores a Alfonso XIII que estaba ahí enterrado... Y después de todo se divorció en un mes". Las tres divas sabían divertirse con mucho método como decía Lola.