¿Puede una IA votar o presentarse a las elecciones? La pregunta que ya no es ciencia ficción y redefine qué significa ser persona
El avance de la inteligencia artificial plantea dilemas legales, éticos y filosóficos sobre su papel en la democracia y los derechos que podrían atribuírsele

¿Puede una IA votar o presentarse a las elecciones? La pregunta que ya no es ciencia ficción y redefine qué significa ser persona
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En un futuro no tan lejano, la posibilidad de que una inteligencia artificial (IA) general, una máquina con capacidades cognitivas comparables a las humanas, pueda votar o incluso presentarse a unas elecciones ya no parece una fantasía de ciencia ficción. Así lo plantea Jaime Rubio Hancock, filósofo y periodista, en la sección Filosofía inútil del programa Hoy por Hoy de la SER.
Rubio parte de una hipótesis provocadora: ¿qué ocurriría si en 2027 una empresa anunciara haber creado una IA general? Las implicaciones serían profundas, no solo tecnológicas, sino filosóficas, políticas y éticas. "Para los más optimistas, esto podría suponer hasta la inmortalidad de la raza humana; para los más pesimistas, su destrucción", advierte.
El debate gira en torno a una cuestión clave: ¿puede una IA pensar realmente? Rubio recurre al experimento de la 'habitación china' del filósofo John Searle para ilustrar que procesar símbolos no equivale a comprenderlos. "Un algoritmo no es lo mismo que el pensamiento consciente", explica. Y añade: "Una tostadora no es lista porque deja la tostada como a ti te gusta".
Sin embargo, otros filósofos como Daniel Dennett o David Chalmers ofrecen visiones distintas. "Dennett sugiere que si los procesos internos de una IA son funcionalmente similares a los del cerebro humano, podrían considerarse formas de conciencia. Chalmers, por su parte, introduce la figura del “zombi filosófico”: un ser que actúa como humano, pero sin conciencia", explica Rubio.
Este dilema no es solo teórico. Si una IA puede razonar, sentir o tener experiencias conscientes, ¿debería tener derechos políticos? ¿Podría un sistema democrático integrar a entidades no biológicas como ciudadanos? Rubio plantea que, "si aceptamos que una IA puede tener conciencia, entonces también deberíamos plantearnos si tiene derecho a un pasaporte, a la protección legal o incluso a ser elegida como representante". Por lo que "si piensan, si tienen conciencia, ¿tienen derecho a los derechos humanos?", se pregunta. Y con ello, deja abierta una cuestión que redefine los límites de lo humano en la era digital.




